sábado, 11 de mayo de 2013

Capítulo 64.


[NARRA APRIL]


En cuanto el sol me dio en la cara, me desperté
- ¡Buenos días, cariño! - Le miré sonriente en cuanto abrió uno de sus ojos.
- Buenos días.-Respondió él con una voz ronca y ocultando una gran sonrisa.- ¡Qué bien he dormido!


Acaricié su pelo y le di un beso en la mejilla.
- Deberías vestirnos e ir a desayunar para aprovechar el día aquí.- Sugerí.
- Si por mi fuera me quedaría todo el día en esta cama, contigo.- Dijo él.- Pero tienes razón, no vamos a desperdiciar el tiempo.
Me puse un vestido, unas sandalias y me recogí el pelo en un moño. Harry se puso un pantalón corto y una camiseta de asas. Caminamos de la mano por la playa hasta llegar al comedor. Allí había una mesa larga y estrecha llena de tostadas, huevos, bacon, salchichas, mermeladas de todo tipo de sabores, zumo de naraja, café, leche, bollos con y sin chocolate y toda la comida que puedas imaginarte para un gran desayuno. Harry y yo cogimos una bandeja para los dos y empezamos a poner comida sobre ella. Dos cafés con leche, dos huevos con salchichas, cuatro tostadas, un bollo con chocolate o y dos zumos. Nos sentamos en una de las mesas y comenzamos a comer. El desayuno estaba delicioso.
- ¡Qué bruto eres!- Reí yo cuando se metió el bollo entero en la boca.
Harry comenzó a toser fuerte. Bebió lo que le quedaba de café y el zumo de naranja pero seguía tosiendo.
- Hey, hey, ¿estás bien? - Sus ojos no me miraban a mi. Me acerqué a él y le di unas palmaditas en la espalda para que la comida le terminara de llegar al estómago.- No deberías haber comido el bollo de un bocado.- Él se tapó la boca con una mano para volver a toser y yo alcé la vista. En ese instante me di cuenta de que no había sido el bollo lo que le había hecho atragantarse, sino la persona que estaba cogiendo su desayuno y observándonos.
- ¡Vaya!¡Menuda sorpresa! - Dijo Abi acercándose a saluda primero a Harry y después a mi.- Hazza, ¿estás bien? Estás un poco rojo.
- Estoy bien.- Volvió a toser él, ahora mirándome.
- ¿Y qué hacéis vosotros aquí?
- Lo mismo que tú, disfrutar de este sitio.- Respondió mi novio.
- Por cierto April - La verdad es que no me gustaba que Abi se dirigiera directamente a mi.- Siento lo que pasó en la fiesta y siento haberte mentido.
- ¿Mentirme? No sé a que te refieres.- Harry la miró fijamente.
- ¿Harold? - Abi vio como él le negaba con la cabeza.- Ah.... emm... yo...
- ¿Tú, qué? - Pregunté al ver que balbuceaba sin decir nada.
- Verás al fin y al cabo te vas acabar enterando así que...
- Abi, cállate. - Se alteró un poco Harry.
- No Harold, esto deberías decírselo tú. Verás April, él y yo si que fuimos novios. De hecho es verdad que fui su primera novia.- Harry dejó de mirarnos. Sus ojos estaban perdidos en algún lugar de esa sala.
- Está bien.- Respondí respirando hondo.- Gracias por decírmelo.- Recogí la bandeja del desayuno y tiré las servilletas y los envoltorios que habíamos usado.- Si has acabo, deberíamos irnos para dejar la mesa libre.- Harry se levantó sin decir nada y me siguió.
En cuanto salí de allí, cogí mi móvil y le envié un mensaje a la única persona que sabía que me entendería. Fui caminando hacia donde estaba la cama. Harry andaba unos pasos detrás de mi. No dijo nada en todo el camino.
En cuanto llegué a la cama, agarré mi bolso de viaje y comencé a poner toda mi ropa y cosas dentro de ella.
- ¿Qué estás haciendo? - Harry, al fin se había decidido a hablar.
- Me voy de aquí.- Dije sin mirarle.
- ¿Qué? ¿A dónde?
- Me voy a casa, no quiero estar aquí.- Me cogió de la muñeca y me giró para tenerme en frente.
- April, lo siento mucho.- Dijo levantándome la barbilla para que le mirara a los ojos. No le miré, no podía.- Sabes que te quiero a ti. Que ella fuera mi primera novia no tiene nada que ver con mis sentimientos de ahora.
- No lo entiendes.- Le contesté con el ceño fruncido.- A mi no me importa que ella haya sido tu primera novia, no me importa tu pasado. Me importa que me hayas mentido, Harry. En la fiesta de Zayn me dijiste que no había sido tu novia y ahora me entero de que sí. Me da igual que lo haya sido. ¿En serio crees que por eso estoy así? ¡Dios!- Me estaba frustrando. Parecía que todos los meses que habíamos pasado juntos no había servido para nada. No habían servido para que me conociera.
- Tienes toda la razón del mundo, April. No debería haberte mentido.- Él seguía con su mano alrededor de mi muñeca. Me liberé de ella y volví a girarme para acabar de colocar toda mi ropa en su sitio.- Dime algo, por favor...
No podía decir nada. En realidad no quería. No quería abrir la boca y decir algo de lo que luego estaría arrepentida. No quería decir algo fuera de lugar para luego tener que disculparme. Respiraba profundo para que no ocurriera lo de la fiesta, para que él no me volviera a ver así ya que era algo de lo que no me sentía orgullosa.
- April...- Harry volvió a decir mi nombre. Su voz sonaba quebrada. No me atrevía a darme la vuelta. No me atrevía a mirarle porque sabría que no podría resistirme a todo su ser. Sabía que en el momento en el que mirara sus ojos tendría la necesidad de abrazarle.
- Me dejaste en ridículo.Ambos sabíais la verdad y tú me mentiste delante de ella.- Recordé como Abi se había retirado en la fiesta de Zayn con una sonrisa de satisfacción en sus labios, dejándonos espacio a Harry y a mi. Y yo que creía que era ella la avergonzada... pero no.- Siempre te acepté, sin importarme tu pasado, sin importar lo famoso que eras y todo lo que eso conllevaba.
- Yo...yo...
- Sé que lo sientes, ya me lo has dicho. Es solo que...- Me quedé callada, quería llorar pero no me salían las lágrimas.- No quiero que seamos de esas parejas que empiezan a mentirse por una tontería pero que después se convierten en otras cosas. Me respetabas y me dabas esa confianza que necesitaba y...
- ¿Qué pasa? ¿Ya no confías en mi? - Su voz era un susurro.- Yo sólo quería verte bien.
- Prefiero estar mal por una verdad que bien por una mentira.
Escuché como una lancha se acercaba. Sabía que Zayn había venido lo más rápido posible a recogerme.
- He de irme. Ya hablaremos de esto es otro momento y otro lugar.
- April no te vayas así. Hablemos ahora.
- No entiendes que no quiero decirte algo que te haga daño. No quiero que acabemos discutiendo, sólo quiero irme y estar sola. Adiós Harry.
- Hey tío.- Oí como Zayn le saludaba mientras yo me subía a la lancha.
- Cuida de ella, por favor. - Le suplicó Harry.
- Lo haré.

- Gracias por venir tan rápido.- Abracé a Zayn en cuanto la lancha arrancó.
- Tranquila.- Me devolvió el abrazo.- Sabes que si quieres puedes llorar.
- No, no quiero.
- No se lo diré a nadie. - Me aseguró.
- No te preocupes.- Le sonreí.
- April, cuando estés más tranquila y reflexiones sobre este tema verás como no es para tanto.
- Podemos no hablar de eso, por favor. Me duele la cabeza.- Le pedí.
- Está bien.- Dijo él dándome espacio.- Pero sabes que siempre estaré aquí para lo que necesites.
- Lo sé.


[DOS SEMANAS Y MEDIA DESPUÉS]


Mi teléfono volvió a sonar sobre la mesa de mi escritorio. Una vez más no respondí. Siempre era Harry y yo nunca contestaba. Después de aquel fin de semana había estado sumida en mis estudios, me quedaban tres meses para acabar y tenía que tener buena media. Y además no me atrevía a responderle aunque a veces me moría de ganas de volver a hablar con él, me daba miedo saber en que punto se encontraba nuestra relación.
- ¿Qué tal llevas preparado el examen de mañana?- Mi madre interrumpió el único minuto al día que me dedicaba a pensar sobre otras cosas que no fueran el instituto.
- Bien.
- ¿Quieres que te lo pregunté a ver si te lo sabes bien?
- No hace falta.- Le sonreí en forma de agradecimiento.- Oye, mamá.- Llamé su atención antes de que abandonara mi habitación.
- ¿Qué? - Preguntó ella mirándome.
- Mañana es el cumpleaños de Harry. Debería mandarle un mensaje, ¿verdad?
- No lo creo.
- ¿En serio?- Dije sorprendida ante su contestación.
- ¿No deberías olvidarle ya?
- Mamá, no ha pasado tan siquiera un mes y aunque pasaran muchos meses no me olvidaría de él. Creo que quizás exageré un poco en la isla. Harry estuvo llamándome y preocupándose por mi, al menos eso pienso.
- Pues yo creo que deberías dejarlo pasar. Ahora estás centrada en lo que debes y no merece la pena distracciones.
- Bueno, vale mamá, lo que tú digas.- Dije ignorando lo que decía
- April, si quieres que te diga todo lo que quieras escuchar entonces deberías de dejar de preguntarme mis opiniones.
- No dudes en que lo haré.- Mi madre salió de la habitación sin decir nada más.
Sabía que volvería a contarle mis cosas porque sus consejos eran de los mejores pero al final, yo hacía lo que sentía.

Al día siguiente fui al instituto e hice el examen de mitología griega. Normalmente en el recreo estaba con George pero ese día había decidido quedarme en clase y seguir estudiando para el examen que tendría el lunes de geografía. Al acabar todas las horas de instituto decidí irme a casa. George me había dicho de ir a tomar algo al Starbucks pero le dije que no tenía tiempo para descansar. Él me insistió porque quería contarme una cosa pero le dije que esperara hasta el mañana ya que sería fin de semana y no tendría problema en quedar con él un rato.
En cuanto llegué a casa me encerré en mi habitación a estudiar. Mi teléfono sonó y pensé que sería Harry entonces atendí para desearle un feliz cumpleaños.
- April, no puedo esperar hasta mañana.
- George, estoy estudiando...
- Lo sé y lo siento pero quiero decirte lo que sé porque no estaré tranquilo hasta que lo sepas.- Dijo él impaciente
- ¿Estás bien? - Pregunté yo, preocupada.
- ¿Te acuerdas esos mensajes que te estuvieron llegando al móvil?
- Sí...
- Sé quien era la persona que te los enviaba.- Admitió nervioso.
- ¿De verdad? - Pregunté nerviosa.
- Sí.- Respondió George.- La persona que te escribía esos mensajes era Evelyn.

- ¿Qué? ¿Evelyn?
- Sí, ella me lo contó a mi. Me dijo que había sido ella.
- ¿Y por qué? Si se puede saber...
- Porque la sustituiste en su papel de la obra de Romeo y Julieta y eso le molestó mucho.
- ¡Pero si ella no podía actuar que tenía la pierna rota! ¡Yo ni siquiera quería ese papel!
- Eso intenté explicarle a ella pero me dijo que le daba igual. Sólo quería vengarse de alguna manera y ahora ni siquiera se arrepiente de haberte mandado todos esos mensajes.
- Oye George, tengo que colgar. Ya hablaremos.
- ¿Estás bien, April?
- Sí. Gracias por contármelo.- Colgué.