miércoles, 11 de diciembre de 2013

Capítulo 89.

[NARRA APRIL]

Después de ducharme a la mañana siguiente, preparé mis cosas para ir a clase y  salí de la habitación de Harry. Por muy raro que parezca, no le había visto en toda la mañana pero en cuanto llegué a la cocina ahí estaban él y Ben, charlando tranquilamente.
- Hola.- Saludé  sin mirar directamente a Harry.
Me preparé un té y cuando terminé de desayunar me dispuse a salir del apartamento para pedir un taxi. Harry me siguió y me agarró del brazo.
- ¿A dónde vas?
- A clase.- Dije sin más.
- Llegarás tarde si vas andando.- Dijo sin ningún tipo de expresión
- No iba a ir andando. He pedido un taxi.
- No vas a ir en taxi.- Sus ojos verdes se clavaron en los míos.
Yo le miré para discutirle eso también pero cuando le miré a los ojos vi que no se trataba de la pelea de anoche, sino del accidente que había tenido.
Harry se aclaró la garganta y cogió las llaves de su coche
- Vamos juntos.
La música estaba muy alta como para mantener una conversación con él y en aquel momento lo agradecí, no tenía ganas de discutir ya desde mañana con él. Pero al parecer Harry no pensaba lo mismo, y bajó el volumen de la radio.
- ¿Puedo pedirte algo? - Dijo llamando mi atención.
- ¿Qué quieres? - Pregunté mirando por la ventana.
Harry se quedó callado varios minutos hasta que por fin se atrevió a hablar.
- Ayer me llamó mi madre. Me ha dicho que fuera a cenar a casa el sábado y va a estar Robin.
Giré mi cabeza para poder ver su expresión. Las manos alrededor del volante estaban tensas. Harry frenó en frente de mi universidad.
- ¿Podrías acompañarme? - Me sorprendió que me pidiera eso, sobretodo después de lo de ayer. Estuve a punto de negarme, de decirle que no pero me miró con ojos suplicantes.- Por favor.
- ¿Este sábado?
Harry asintió con la cabeza. No sé si sería buena idea que fuera pero no podía negarme, no cuando él me miraba de esa manera.
- Está bien.
Harry  sonrió un poco y me dio un beso en la mejilla.
- Te recojo cuando salgas.- Dijo cuando cerré la puerta del coche.
Esto había sido extraño. Sus cambios de humor me estaba volviendo loca.



El miércoles por la tarde había decidido quedar con Ryan. Esta vez vino a recogerme al apartamento de Harry.
Fue una cita mucho mejor que la primera. A los dos se nos notaba más cómodos y no había tanta tensión como en la primera. Incluso Ryan se atrevió a bromear en como se me había notado lo incómoda que estaba con aquel vestido rojo.
- Fue idea de Lizzy.- Reí yo defendiéndome.
- Muy buen idea.- Dijo un poco más serio.- Aunque  los pantalones vaqueros también te sientan muy bien.
En el camino de vuelta estuvimos hablando de cuando podríamos volver a vernos. Ryan aparcó el coche y una vez más me acompañó a la puerta.
- ¿No hay manera de que te vea el sábado?
- Lo siento...- Dije haciendo una mueca.- Es importante para Harry que le acompañe.
- ¿Te puedo hacer una pregunta?- Dijo inseguro.
- Claro.
- ¿Sigues sintiendo algo por él?
No me esperaba esa pregunta pero respondí rápido y sin pensar.
- No.
Una parte de mi, una gran parte, sabía que le estaba mintiendo pero si le decía que aún tenía sentimientos hacia Harry, no avanzaría nunca y no sería capaz de olvidarle. Además desde el domingo no había vuelto a tener ninguna discusión con él, todo fue muy normal e incluso el martes después de clase vimos juntos la película que el profesor de filmografía nos había dicho. Nuestra amistad avanzaba poco a poco y eso me permitía avanzar con Ryan. Al menos el tiempo que estaba con él no lo pasaba pensando en Harry o peor, estando con él.
- Mejor.- Dijo con una media sonrisa.
Nos despedimos y yo subí hasta el ático. Al fin tenía mis propias llaves y no tenía que molestar a nadie para poder entrar.
Harry estaba esperando en el sillón, con sus piernas estiradas viendo la televisión. Le sonreí al entrar y él se levantó y me siguió hasta la cocina con sus pies descalzos.
- ¿Qué tal la cita?
- Bien. ¿Qué has hecho tú?
- Nada.- Dijo encogiéndose de hombros.- ¿Te ha besado?
- ¿Otra vez con eso? - Pregunté con voz cansada.
- ¿Eso es un sí? - Vi como su mandíbula se tensaba.
- ¿Me vas a preguntar eso siempre que salga por ahí con Ryan?
- Contéstame.- Dijo mirándome fijamente.
- No, no me ha besado.- Respondí intentando quitarle de mi camino y yendo hacia la habitación para ponerme el pijama.
Como me esperaba, Harry me siguió hasta la habitación y se quedó apoyado con los brazos cruzados en la puerta mientras yo me desvestía.
- ¿Puedes dejarme una camiseta tuya? Tengo mis dos pijamas para lavar.
- No.- Levanté la vista para verle la cara. Su expresión era seria y no dudo en decirme que no.
- Está bien.- Dije sorprendida por su actitud. ¿Desde cuando es un problema para él poder dejarme una camiseta para dormir?


[NARRA HARRY]


Los ojos de April se abrieron en asombro cuando me negué a dejarle mi ropa para dormir. Simplemente no podía. No quiero que se ponga mi ropa cuando estuvo con otro. Ella es mía. Y me encanta dejarle mi ropa. Pero no así.
- ¿Quieres besarle?
- ¿Qué?
- ¿Quieres besarle, si o no?
¿Tanto le cuesta entender mis putas preguntas? No sé que tienen de complicado. Es simple.
- N-no, no lo sé. -  Contuve la respiración para no romper nada.- Aún es pronto y yo sigo teniendo senti...- Ella se quedó callada y me miró.-  No voy a forzar nada con Ryan.
Mi mente solo procesaba el hecho de que ella y él podían llegar a besarse y yo necesitaba saber si April se lo iba a permitir.
- ¿Vas a dejar que te bese? - Me costó pronunciar esa preguntar. Mis dientes estaban apretados y mis manos se cerraron en un puño.
-  ¡No lo sé, Harry! ¡No sé lo que va a pasar! - April habló frustada.
No puede dejar que la bese. Yo no podría soportar saberlo y mataré a Ryan si toca lo que es mío tan sólo una vez. Me gustaría tanto poder decirle todo esto, pero no puedo. No puedo hacerle eso. April aceptó acompañarme a  la cena en Holmes Chapel y no puso ninguna pega ni excusa. Y yo realmente la necesito ahí. No puedo tener ahora una discusión con ella y que se niegue a acompañarme. La necesito de verdad. Y además sé que si él intenta algo, ella le parara.

No volví a hablar del tema de Ryan con April durante el resto de semana. Y fue de gran ayuda el hecho de que ellos dos no volviera a quedar. El sábado había llegado y April y yo ya estábamos en mi coche de camino a lo que sería una de las peores cenas de mi vida.


[NARRA APRIL]

En el trayecto a Holmes Chapel me puse más nerviosa de lo que esperaba. Cuantos más kilómetros recorríamos, más me arrepentía de haber accedido. Era una estúpida idea. Ni siquiera estábamos juntos y no creía que el rencuentro con su familia fuera en el momento indicado. Una vez que estuve delante de la puerta de la casa de la madre de Harry, me di cuenta de que ya no había vuelta atrás.
- No estés nerviosa.- Susurró Harry sabiendo exactamente como me sentía. Yo le miré intentando darle una gran sonrisa pero fallando estrepitosamente.- Sólo es una cena, yo estaré contigo.- Dijo pellizcándome suavemente la pierna, lo que me hizo estremecer.
Anne no tardó en abrir la puerta y su cara de asombró y alegría al verme me confundió.
- ¡April, qué alegría volver a verte! - Dijo abrazándome fuerte.
- Me alegra verte bien, Anne.- Dije un poco tímida.
- Harry no me había dicho nada de que vendrías.
Yo sonreí sin saber bien que decir y me giré para fulminarle con la mirada. Harry se encogió de hombros y me sonrió. Ambos entramos dentro. Harry siempre detrás de mi. Me sorprendió lo frío que fue con su madre cuando la saludó. Simplemente le dio un beso en la mejilla y yo pude notar la tristeza en los ojos de ella.
- Voy a quitar la comida del horno.- Dijo Anne.
- ¿No le has dicho que iba a venir? - Le pregunté a Harry en el oído.
- No  pasa nada. Habrá comida de sobra.- Respondió quitándole importancia.
Harry puso su mano en la parte baja de mi espalda y me guío hasta el salón-comedor. Me alegro mucho ver a Gemma.
- ¡April! - Ella se acercó a mi y me abrazó.- Me alegra volver a verte.
- A mi también.- Le sonreí.
En la cabecera de la mesa estaba sentado Robin. Se levantó educadamente y vino a saludarme pero Harry no le dejó acercarse a mí y dio un paso adelante para dejarme detrás de él.
- Robin.- Dijo Harry a modo de saludo aunque sonaba más como una advertencia.
Anne interrumpió ese momento incómodo y trajo la cena. Harry tenía razón. Había hecho muchísima comida. Había tres bandejas con carne, patatas y ensalada.
Robin volvió a sentarse en la cabecera. Anne a su lado y Gemma al lado de su madre. Yo me senté al otro lado de Robin, frente a Anne y Harry a mi lado, frente a su hermana.
- ¡Estoy tan contenta de tenerte aquí, de vuelta con nosotros!- La madre de Harry no podía ocultar su sonrisa. - ¿Qué tal te está yendo? ¿ Qué estás estudiando? ¿Dónde estás viviendo?
- Tranquila, mamá.- Rió Gemma cuando su madre me bombardeó a preguntas.
- Estoy en la universidad de Londres, estudiando diseño de interiores y recursos humanos.
- Wow, ¿dos carreras a la vez? - Preguntó Robin, impresionado.
Yo asentí con la cabeza.
- ¿Y tus padres? ¿Cómo están? - Pregunto Anne.- Deben estar super preocupados teniendo a su pequeña lejos de casa.- Dijo ella mirando a Harry manteniendo su sonrisa, pero ahora llena de melancolía.
Yo me tensé ante su pregunta sin saber que contestar. La relación con mis padres no estaba en mi mejor momento y lo que menos quería era hablar de ellos. Miré hacia el plato pensando rápidamente algo bueno que decir sobre como mis padres llevan el hecho de que ya no viva en casa.
- Están bien.- Intenté sonreír.- Ya sabían que acabaría yéndome y están contentos de que pueda estudiar lo que quiera. Mis padres siempre se preocuparon por mi educación y la de mi hermana.
- La vida universitaria es la mejor etapa.- Habló Gemma.- Sobre todo si vives en tu propio apartamento.
- ¿Dónde vives, April? - Preguntó Robin para estar dentro de la convesación.
Harry llevaba toda la cena callado y tampoco se le veía con intención de hablar. Lo único que se escuchaba eran sus cubiertos.
- Vivo en un apartamento.- Respondí mirando con el rabillo del ojo a Harry, sin querer desvelar nada y con la esperanza de que él hablara y me ayudara un poco con este tema.
- Londres es una ciudad cara, espero que estés comiendo bien. Imagino que tu madre estará muy pendiente de eso.- Rió Anne.- ¡ Seguro que te visita todos los fines de semana!
Me volví a tensar ante su comentario inofensivo. Solo de recordar que la única vez que mi madre vino a visitarme fue porque creía que seguía estando con Harry, me volvía la furia dentro de mí.
Me froté las piernas con mis manos, nerviosa. Sabía que Anne y Robin estaban intentando hacer una cena llevadera pero eso no evitaba que yo me sintiera mal al recordar la pelea con mis padres y en parte, un poco culpable. Harry notó mi nerviosismo y disimuladamente cogió mi mano derecha y la apretó. Intenté no mirarle para que su familia no se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo debajo de la mesa pero cuando acarició con sus dedos mis nudillos no me contuve y le miré. Sus ojos al fin se levantaron del plato y me miraron con una mirada verde, intensa, reconfortándome.
Durante el postre Harry y yo seguimos con nuestras manos entrelazadas. Fue un poco raro comer el flan de café que Gemma había preparada con la mano izquierda, pero intenté que pareciera lo más natural posible.
- Me alegra ver que seguís juntos.- Dijo Robin intentando quedar bien y con una gran sonrisa. Anne le miró con ojos grandes intentando advertirle que no siguiera hablando. Harry me soltó la mano de repente y se recostó sobre la silla soltando un gran suspiro de frustración. Noté que estaba intentando controlarse para no contestar a Robin. Pero el futuro marido de Anne pareció no darse cuenta de la tensión que se había creado en la mesa y volvió a hablar.- ¿Hace cuánto que estáis juntos? Recuerdo la primera vez que te vi, April. Fue solo un instante mientras yo le dejaba las llaves de mi bungalow a Harry, pero ya desde entonces supe que vosotros dos acabaríais juntos.- Robin volvió a sonreír inocente.
- ¿Las llaves de TU bungalow?- Dijo Harry levantando la voz. Yo me alarmé por su tono amenazante y Anne y Gemma miraron a Harry suplicando con la mirada que no siguiera adelante.-¿TU bungalow?¿En serio, Robin?
- Harry, por favor...- Le pidió su madre.- Sabes que fue un regalo.
- Sí, un regalo de mi padre.- Dijo él mirando fijamente a su madre.
- ¡Oh, venga ya! No seas inmaduro.- Le respondió Gemma manteniendo su tono de voz tranquilo.
Harry soltó un bufido exagerado. Yo le miré pero el estaba demasiado concentrado en saber a quien responder, si a su madre, a su hermana, o a su padrastro. Harry se levantó y cogió mi plató y el suyo y salió del salón-comedor sin decir una palabra.
- Lo siento, cielo.- Se disculpó Robin a Anne.
- No es tu culpa, ya sabes como se pone.
- Solo es una rabieta, se le pasará.- Dijo Gemma para relajar el ambiente y sonriéndome para que estuviera tranquila.
Ayudé a Anne a recoger los demás platos que quedaban y llevarlos a la cocina. No había rastro de Harry por ahí.
- No tienes porque ayudarme, cariño.- Dijo amablemente Anne cuando cogí el paño para secar los platos que ella estaba enjuagando.
- No pasa nada.- Le sonreí.
- Siento mucho lo ocurrido ahí dentro. Imagino que Harry ya te habrá contado que Robin y yo nos vamos a casar y bueno, él no se lo ha tomado como todos esperábamos.
- Felicidades por tu compromiso, Anne. No quise darte la enhorabuena antes por...-
- Porque estaba mi hijo delante, lo sé.- Me interrumpió ella.- Es una pena que no sigáis juntos...
- No sabía que te lo había contando.- Dije un poco sorprendida, intentando concentrarme en secar los platos que me pasaba.
- No hay que ser muy tonta para darse cuenta. Además, cuando se fue de Stafford sin avisar imaginé que la razón serías tú.
- ¿Se fue a vivir a Londres sin decirte nada?- Pregunté intentando mantener mi tono de voz normal.
- Me llamó cuando ya estaba instalado allí y por su tono de voz supe que había sido por problemas del corazón.- En aquel momento me imaginé a Harry, llamando a su madre desde su apartamento sólo, con la voz llena de dolor por culpa de que mis padres le obligaran a dejarme.- Pero es evidente de que sigue sintiendo algo por ti.
- ¿Qué? No.- Dije con prisa y alterada.- Quiero decir, él no siente nada por mi. Sólo somos amigos.- Respondí intentando relajar mi voz.
- Nunca antes había visto a un amigo mirar a una amiga de la manera en la que Harry te miró en la mesa.Y lo mismo te digo a ti.- Anne sonrió. Noté como en mis mejillas aumentaba el calor.- Oh...no te avergüences, cielo.
- Las cosas ahora son un poco diferentes, supongo- Le confesé a la madre de Harry. Estuve a punto de volver a admitir en voz alta que aún seguía sintiendo algo por él pero si realmente estaba intentando olvidarle, incluso quedando con Ryan para quitarme a Harry de la cabeza, decirlo en voz alta no iba a ayudarme en absoluto.
- Eso fue lo que pensé.- Habló Anne mirándome fijamente.- Tienes que ser paciente con él. Sé que Harry te dejó y se fue a Londres sin decirte nada, y no me imagino lo difícil que habrá sido para ti seguir adelante sin saber nada de él. Pero la manera en la que él actúa cuando estás tú, la manera en la que te mira...Es fácil culparle por lo que hizo, y Harry volverá a cometer muchos errores pero sé que te quiere y que haría cualquier cosa por ti. Eres la única chica o mejor dicho, mujer, a la que amó de verdad. Recuerdo la primera vez que tú viniste aquí y la manera en la que Harry sonreía, o todas las veces que nos hablaba de ti y notaba al través del teléfono como no podía ocultar una sonrisa. Él tampoco lo ha pasado bien, April. Me sorprendió que te trajera aquí de vuelta, después de todo, pero me hace muy feliz, que hayas venido y que el destino os haya vuelto a juntar. Y aún sabiendo que no estáis juntos, tengo que agradecerte que sigas a su lado después de todo.
Me acerqué a Anne y le di un abrazo. Me había dejado sin palabras y los ojos se me habían llenado de lágrimas. Era tan buena mujer, tan buena persona y tan buena madre.
- Anda sube y vete a ver como está Harry.- Dijo limpiándose las pequeñas gotas que le caían de los ojos.
- Intentaré hacer todo lo posible para que Harry vaya a tu boda, Anne.- Le prometí.

Fui escaleras arriba sin recordar muy bien hacia donde debía dirigirme cuando llegué a la cima. Las palabras de Anne habían sido lo que necesitaba que mi madre me dijera. "Sé que él te dejó y se fue a Londres sin decirte nada, y no imagino lo difícil que habrá sido para ti seguir adelante sin saber nada de él" las palabras se repetían en mi cabeza. Y comprendí que Harry se había echado la culpa. Se había echado la culpa frente a su madre para no culpar a mis padres, para no dejarles mal a ellos. Mi corazón latía con fuerza y los ojos se me volvieron a llenar de lágrimas. ¿Por qué haría algo así? " Harry volverá a cometer muchos errores pero sé que te quiere y que haría cualquier cosa por ti". Ojalá Anne tenga razón.
Oí unos gritos desde unas de las habitación lo que provocó que me detuviera.
- ¿SE PUEDE SABER CUAL ES TU PROBLEMA?
- ¡Déjame solo!
- SIEMPRE HAS DADO TODO POR MAMÁ Y AHORA SOLO ESTÁS ESTROPEANDO LO QUE A ELLA LE HACE FELIZ Y YO TE JURO HARRY QUE NO VOY A PERMITIR QUE ESTROPEES SU BODA.
- ¡NO VOLVERÉ A DECIRTELO, DÉJAME SOLO!- Ahora la voz de Harry fue mucho más fuerte.
La puerta se abrió de repente y Gemma salió con la cara seria y enfadada. Nunca antes la había visto así.
 Cuando su mirada se encontró con la mía me dedicó una sonrisa.
- Siento que hayas tenido que oír eso.- Se disculpó.
- Deberías oír las discusiones que teníamos mi hermana y yo cuando vivíamos en la misma casa.
Gemma se echó a reir.
- Espero que tengas más suerte que yo.- Me animó bajando por las escaleras.
Me acerqué lentamente hacia la puerta de la habitación dudando en si debería entrar o no. Sabía que Harry no estaba bien y no quería que estuviera sólo es este momento. Decidí entrar. Registré la pequeña habitación rápidamente con mis ojos en busca de alguna muestra de su presencia pero él ya no estaba en la habitación.



MUCHAS GRACIAS A MIS LECTORAS POR LEER y por desearme suerte, lo agradezco de verdad. Y especialmente gracias a Marii, Elisabetth y Juli por siempre comentar. Esta semana ha sido un no parar para mi y ver vuestros comentarios me ha hecho muy feliz, además eran largos! MUCHAS GRACIAS CHICAS <3


sábado, 7 de diciembre de 2013

Capítulo 88.

[NARRA APRIL]

Harry se pasó todo el día sin salir de su habitación. Las tres o cuatro veces que entré para coger mis libros de la universidad o mi libro de lectura, él no dijo ni una palabra. Ni siquiera levantó la vista de lo que estaba leyendo.
Ben en cambió había pasado todo el día en el salón. Supuse que sería por educación y no dejarme sola.
- Voy a prepararme un café, ¿quieres uno?- Me preguntó él educadamente.
- No, gracias.- Respondí dejando de prestar atención a mi cálculos para la maqueta que debía hacer.- ¿A qué te dedicas Ben?
Él se giró sonriente.
- Soy director y productor de cine.- Dijo acercándose y sentándose en unos de los sillones blancos, con la taza de café en la mano.
- ¿Y cómo conociste a Harry?
Ben volvió a sonreír.
- Pues verás.- Tomó un sorbo de café.- Yo fui a la universidad a dar una charla sobre mi trabajo para aquellas personas que todavía estaban indecisas sobre que querían hacer en su vida. Ese día había muchas conferencias y me sorprendió ver a tanta gente interesado en este oficio. En cuanto entré en la sala que me indicaron me dirigí a todos en general, sin prestar atención a ninguna persona en especial. Hasta que él empezó a quejarse sobre las cosas que yo decía.  Al principio me crispó su comportamiento pero  a medida que continuaba con mi discurso preparado, él comenzó a decir su opinión y todo lo que sabía sobre lo que yo hablaba. Y me sorprendió gratamente la cantidad de información que salía de su boca. Al terminar la conferencia, él salió de allí con su expresión de desinterés pero yo le seguí y le di mi número con la esperanza de que eligiera esa carrera y de que si necesitaba algo que no dudara en llamarme. Y una semana más tarde habíamos quedado en un bar para hablar más en profundidad sobre todo lo que conllevaba estudiar mi carrera.
- ¿Y tú no sabías que era Harry el integrante de One Direction? - Pregunté sorprendida.
- Al principio su cara solo me resultaba familiar, pero cuando quedé con él caí en la cuenta de quien era pero hice como si nada porque al fin y al cabo sigue siendo un persona como tú o como yo.
Yo sonreí ante sus palabras.
- ¿Y tú? ¿Estás contenta con la carrera que has elegido?
- Sí.- Respondí.- De hecho estoy muy contenta con el trabajo que me pusieron.
- ¿De qué se trata? - Preguntó interesado.
- Para diseño de interiores tengo que hacer una maqueta de un lugar que me traiga recuerdos, y que ya conozca. Y para final de curso debo hacer otra pero de un lugar que nunca haya visto, en el que nunca haya estado.
- ¡Vaya! - Dijo Ben impresionado.- Hay que tener mucha imaginación para eso último. ¿Tienes claro que vas a hacer?
- Sí.- Dije sin querer desvelar mi trabajo.- Y bueno para recursos humanos todo es mucho más teórico. Tengo una asignatura que es filmografía y es bastante interesante. Es en la clase en la que más puedo expresar lo que pienso y plasmarlo en un papel.
- ¿Os mandan hacer trabajo acerca de películas y decir vuestra opinión personal , verdad?
- Sí.
- Recuerdo esa asignatura, era una de mis favoritas. Aunque no sé que tiene que ver con lo que  tu estudias.
- Ni yo.- Reí.- Estuve a punto de quitarme pero no sé, me acabó gustando y además es la única clase en la que coincido con Har...- Me quedé callada cuando me di cuenta de lo que estaba a punto de decir en voz alta.
Ben me sonrió sabiendo perfectamente lo que hubiese dicho si hubiera continuado la frase. Yo bajé la mirada para evitarle y me levanté del sillón.
- Debería ir a prepararme.- Dije mirando el reloj. Ya eran las cinco y media.
- Suerte con tu cita.

A las seis yo ya estaba lista para que Harry me llevara a mi anterior apartamento. Entré en la habitación nerviosa. Esta vez me miró.
- ¿Quieres que te lleve?- Dijo serio
- Si no quieres, tomaré un taxi, no pasa nada.
- No.- Se puso rápidamente las botas, cogió las llaves del coche y salió por la puerta.
Yo le seguí sin decir ninguna palabra. La primera vez que me miró en todo el camino fue cuando paró el coche en frente del apartamento.
- Si necesitas cualquier cosa, lo que sea. Llámame.- Me dijo con sus ojos fijos en los míos.
Yo asentí con la cabeza.
- Hablo en serio, April. Ten cuidado.- Habló mucho más serio que antes.
- Gracias por traerme, Harry.- Le di un beso en la mejilla y bajé del coche.

- ¿Ryan, eh? - Dijo Lizzy entre risas cuando entré en el apartamento.
- Cállate.- Reí.
No me acordaba que Ana y a Kara vivían allí ahora. Ambas me saludaron, y volvieron sus vistas a la fotografía que tenía delante.
- ¿Sabes ya qué te vas a poner?
- Pensé en este vestido.- Quité del armario un vestido de flores, sencillo.
- No, venga. Ahora en serio.- Dijo Lizzy.
- ¿Qué?  Va en serio, pensé ponerme esto.
- Ni de broma. - Rió ella.
- ¿Qué tiene de malo? - Dije mirándome en el espejo, apoyando el vestido sobre mi para hacerme un idea de como podría quedarme.
- Sí quieres parecer una niña de ocho años, póntelo.
- Pues entonces, ¿qué me pongo?
- ¿Qué te parece, éste? - Ella cogió una percha con un vestido rojo.
- ¡Olvídate!
- ¿Por qué no?
- Es demasiado para una primera cita.
- De eso se trata.- Rió Lizzy.- Es una primera cita, hay que impresionar.
- No sé yo...
- Venga, póntelo.
Le hice caso y me puse el vestido. Hacía tiempo que no me lo ponía y me sorprendió lo bien que me sentaba. Decidí no maquillarme mucho. Creí que con el vestido llamaría ya demasiado la atención. El pelo me lo dejé liso, como siempre.
- Estás guapísima.
- Gracias.- Dije insegura.
No estaba del todo cómoda con aquel vestido.
- Sigo pensando que es demasiado.
- ¡Wow!- La voz de Ryan sonó detrás de mi. Me giré y ahí estaba él, observándome con la boca abierta. Iba con un pantalón vaquero, una camisa blanca y una americana negra, combinada con zapatos de vestir.
- Siento haber entrado sin avisar. La puerta de abajo estaba abierta.- Dijo intentando recuperar la compostura.
- Tenemos que arreglar esa maldita puerta.- Dijo Lizzy sin perder su sonrisa.
- ¿Estás lista?
- Emm...sí.- Ahora que le tenía delante estaba mucho más nerviosa y no me parecía tan buena idea haber aceptado la cita.
Lizzy me guiñó un ojo antes de que saliera por la puerta y yo puse los ojos en blanco.
Ryan me abrió la puerta de su deportivo rojo.
- ¡Menudo coche! - Dije una vez estuve sentada dentro.
Los asientos estaban forrados con cuero beige, y el deportivo estaba impoluto por dentro.
- En realidad, no es mío. Un amigo me lo dejó para impresionarte.- Dijo un poco tímido.
Yo le sonreí.
- ¿A dónde vamos?
- Está cerca de aquí, es una restaurante italiano. ¿Te gusta la comida italiana? - Preguntó preocupado.
- Sí, sí.
Me quedé sorprendida cuando bajé del coche y miré el restaurante en donde íbamos a entrar. Un sitio lujoso. Muy lujoso. Ryan me ofreció su brazo, y ambos entramos por la gran puerta. Dentro la luz era muy tenue y todo estaba impecable. Las personas que estaban ya cenando se habían puesto sus mejores galas. Por un momento me alegré de llevar puesto aquel vestido.
Un camarero nos llevó a una mesa reservada y nos ofreció la carta. Yo pedí pasta y Ryan se unió a mi.
Ryan me preguntó si quería tomar vino, pero preferí decidirme por el agua. Quería tener la mente clara durante toda la cita y el vino me confundiría.
- Estás preciosa esta noche.- Sonrió.
- Tú también estás muy bien.- Dije devolviéndole el halago.
- Bueno, cuéntame. ¿Cómo es eso de que vives con Harry?
Sabía que él me preguntaría por eso, así que decidí explicarle rápido para poder concertrarnos en otro tema de conversación
- Tuve una pequeña discusión con mis padres y bueno...no pude seguir manteniendo el apartamento. Harry simplemente se ofreció a que me quedara con él, hasta que encontrara otro lugar donde vivir.- Dije rápidamente.
El camarero volvió con nuestra cena. El plato era enorme y había muchísima comida.
- Entonces, ¿no es definitivo?
- En absoluto.- Dijo cogiendo el tenedor para poder enrollar los espaguettis en él.
- ¿Y cómo lo llevas? Quiero decir, el hecho de tener que vivir con él después de todo lo ocurrido.
- Bien. Harry y yo somos amigos ahora.- La palabra sonó extraña en mi boca. Pero estaba ahí. Cenando con otro chico que no era Harry. Así que lo último que quería era continuar con esta conversación.- Pero no quedé contigo para que hablemos de él.
- Tienes razón.- Sonrió.
- ¿Qué hay de ti?
- ¿Qué quieres saber de mi?- Preguntó interesado.
- ¿Qué estudias?
- Derecho. Pero no lo escogí yo.- Le miré expectante para que se explicara.- Mi abuelo era abogado, y mi padre siguió su camino, y ahora quiere que yo haga lo mismo.
- ¿Y qué te gustaría haber estudiado?
- Me encantaría ser director de cine.- Dijo ilusionado.
- Nadie debería decirte lo que debes estudiar, eso deberías elegirlo tú.- Sus ojos se clavaron en los míos divertidos.- Quiero decir, ya eres adulto para saber lo que quieres. Deberías hacer lo que quieres. Tú eres el único que está viviendo tu vida.
- Lo sé, pero mi padre no lo entiende y yo no fui lo suficiente valiente como para llevarle la contraria. Además a él le hacía feliz que escogiera esa carrera y yo sólo quería que se sintiera orgulloso.
Por un instante me sentí mal por él. Creo que nadie merece apartar sus sueños por lo que quieren otras personas.
- Eso demuestra que te preocupas por él y que no eres egoísta.- Dije mirándole. Ryan me sonrió y me acarició la mano. No me resultó extraño el contacto de su piel contra la mía.
- Me alegra que hayas decido salir conmigo esta noche.
- A mi también.- Dije con total sinceridad.

Fue una cena muy llevadera e incluso divertida. Después de hablar de nuestros estudios, Ryan me habló sobre su idea de conseguir un apartamento ya que en la casa de la fraternidad era imposible estudiar y siempre recurría a ir a la biblioteca. Las horas fueron pasando y a las once y media decidimos meternos en el coche. Él paró en el apartamento de Harry y bajó del coche para acompañarme a la puerta.
- Ha sido una gran noche.
- Sí, lo ha sido. Gracias.- Dije dándole un beso en la mejilla.
- ¿Eso significa que volvemos a quedar?- Me sonrió.
- Claro, ahora tienes mi número, avísame.
- Genial.- Dijo devolviéndome el beso en la mejilla y volviendo al coche.



[NARRA HARRY]


Estuve esperando en el sillón, mirando hacia la puerta desde que había dejado a April salir con ese capullo. Ni siquiera fui capaz de impedirselo, no hice nada. Ni la advertí.  Las horas pasaban y April no aparecía. El timbre de abajo sonó y salí prácticamente corriendo hacia el telefonillo. Después fui hasta la puerta y esperé allí hasta que ella salió del ascensor. Mis ojos recorrieron su cuerpo cuando la vi con aquel vestido rojo. Nunca antes se lo había visto. Estaba absolutamente impresionante.
- ¡Hola! - Dijo ella contenta, entrando por la puerta.
La cerré tras ella y me quedé observándola, esperando a que me contara todo lo ocurrido en la cita. April no dijo nada y fue directa hacia la habitación.
- ¿Qué tal la cita? - Ella se sentó y se desabrochó sus tacones del tobillo.
- Muy bien.- Sonrió.
- ¿Te ha besado?
- ¿Qué?- April me miró con su ceño fruncido.
- ¿Te ha besado si o no? - Dije más tenso.
- ¡No, claro que no!
- ¿Ha intentado algo?
April me miró confundida.
- ¿Si o no?
- ¡No, Harry! Se ha portado muy bien conmigo.
Una carcajada se escapó de mi boca.
- ¿Qué?
- ¿Ryan portándose bien y respetando a una chica? - Dije irónico.
- Pues sí. Y de hecho hemos vuelto a quedar.
- ¿Qué? - Mi voz fue de incredulidad.
- Que hemos vuelto a quedar.- Repitió como si no la hubiera oído.
- Sí, ya te oí.- Dije borde.- No tienes ni idea de quien es ni de como es.
- ¿Acaso me vas a decir con quien debo salir o no? - Dijo ella defendiéndose.
La ira recorrió mi cuerpo. Respiré hondo e intenté relajarme.
- Puedes salir con quien te de la puta gana, April. Yo sólo te estoy avisando. Ten cuidado. No quiero tener que defenderte si él ...- Me quedé callado solo de pensar en lo que le haría a Ryan si la llegara a tocar. Mis puños se cerraros y cerré los ojos.
- No tendrás que defenderme, no va a pasar nada malo.- Interrumpió mis pensamientos.
- Lo que tu digas, April.
- ¿No puedes simplemente alegrarte por mi?
- ¿Qué me alegré de qué? ¿De que salgas con un gilipollas?
Su expresión cambió de repente. Ahora aparte de confundida estaba dolida. Ella se giró para evitar mirarme.
Mierda.

[NARRA APRIL]

- April...- Harry intentó tocarme el brazo pero me aparté más de él.- Sólo ten cuidado.
- ¿Cuidado de qué? ¿De él? Si lo dices por lo que ocurrió en tu cumpleaños, ya lo hemos hablado y me demostró que no era la misma persona.
- ¡Cómo te lo va a demostrar si casi ni le conoces! ¡Eres una ingenua!- Su voz se elevó.
- ¿Por qué siempre tiene que estropearlo todo? - Dije con la voz baja.
Me atreví a girarme y mirarle. Sus ojos estaban clavados en el suelo. Su expresión era triste, con el ceño fruncido. Harry abrió la boca para decir algo pero la cerró. Negó con la cabeza y se metió dentro de la cama sin decir nada más.





Sé que estoy tardando mucho en subir un nuevo capítulo pero la semana que viene tengo todos los exámenes y no paro de estudiar, así que SIENTO MUCHO la espera.  Muchísimas gracias por la paciencia que estáis teniendo conmigo, de verdad. Aunque estoy contenta de poder decir que a partir del viernes todo volverá a la normalidad. Deseadme suerte con mis exámenes, ¡por favor!