domingo, 29 de septiembre de 2013

Capítulo 75.

[SIGUE NARRANDO APRIL]


El sábado Lizzy me había estado insistiendo mucho para que fuera a la fiesta pero yo me negué.  Después de lo que había pasado con Harry el sábado anterior lo único que me faltaba era verle más de lo necesario. Ya bastante tuve que aguantarle por la semana en clase de Filmografía. Aunque después del fin de semana pasado no nos habíamos vuelto a dirigir la palabra. Así que lo peor que podía hacer era ir a una fiesta en una casa en la que él iba a estar. Además había decidido pasar toda la mañana y la tarde del sábado en Stafford. Me hacía falta una visita a mis padres y a Logan. Necesitaba desconectar y  quitarme de la cabeza a Harry.
No sé como fui capaz de decirle todo aquello. Me negaba a mi misma que no quería volver con él pero ¿y si él viniera y me dijera de volver? "Seguro que volverías con él" Respondió mi subconsciente por mi. No.  No sin una explicación de lo ocurrido. Aunque me diera una buena explicación creo que no podría perdonarle. Además él también me dejó claro que no quería volver conmigo. "Tú estás loca si crees que quiero volver contigo". Esa frase. Su frase. No paraba de rondarme en mi cabeza desde que me la dijo.

Logan fue a recogerme a la estación de tren. Él se había ofrecido en irme a buscar en coche pero no me parecía justo que tuviera que conducir tanto cuando yo podía tomar perfectamente un tren de ida y otro de vuelta. Además tan solo es una hora.
Me recibió con un gran abrazo y cuando nos subimos a su coche, fuimos directamente a mi casa.

- ¡April, cariño!- Mi madre vino con los brazos abiertos a darme un gran abrazo en cuanto aparecí por la puerta.- Te echamos mucho de menos en casa.
Yo le devolví el abrazo y le sonreí.
- Yo también a vosotros.
Fuimos a la cocina y mi madre nos preparó a los tres un té y había hecho unas pastas y galletas para acompañar.
- ¡Ay como echaba de menos tu comida! - Dije metiéndome una galleta en la boca y agarrando otra.
Mi madre se rió ante el halago.
- ¿Estás comiendo bien, verdad? Te veo más delgada.- Me miró con ojos llenos de preocupación.
- Sí mamá, no te preocupes.
- ¿Qué tal te van las cosas por Londres? ¿Algo nuevo que contarme a parte de lo bien que te van las clases?  La verdad es que mantenía muy informada a mi madre sobre mis clases y la universidad. La llamaba una vez a la semana, como mínimo para decirle como me iban las cosas y dejarla más tranquila.

(Pues verás me encontré a Harry la primera semana que estuve en Londres y desde ese día le veo prácticamente todos los días. Su mejor amiga vive en mi apartamento y he salido de fiesta con ellos casi todos los fines de semana que llevo allí pero eso es porque Pam nunca está los fines de semana. Siempre está con Niall. Y prefiero salir que quedarme sola en casa estudiando. 
Me emborraché un sábado  y Harry me llevó a su apartamento y durmió conmigo. Al día siguiente vino a mi piso para mostrarme lo enfadado que estaba por haberme ido sin avisar y yo le pregunté porque él había desaparecido de mi vida sin avisar. Y ni siquiera se digno a responderme. ¡Ah si! Después nos besamos. Un gran beso. Un beso que no puedo quitarme de la cabeza. Bueno en realidad nos besamos tres veces ese día. Pero si sirve de consuelo le dejé claro que no volvería a estar con él y él a mi también aunque mentiría si no dijera que ese comentario me dolió mucho, mucho más de lo que hubiera querido que me doliera)

- No. Nada- Mentí.
- Logan me ha contado que conoció a algunos amigos tuyos.- Mi corazón se aceleró. Sé que mi madre no tiene ningún problema con Harry. Bueno, a ella le había parecido muy mal que desapareciera pero nunca llegamos a profundizar en el tema. Recuerdo el día de mi cumpleaños, yo no podía dejar de llorar por lo mucho que le echaba de menos y quise hablar con mi madre y ella lo único que me dijo ese día fue: "Hay más peces en el mar" y no hablamos de eso nunca más. No me gustaba hablar con nadie de él.- Me gustaría conocerlos algún día.- Sonrió tranquila.
- Sí, claro. Algún día.- Repetí mintiendo pero quedándome un poco más relajada al darme cuenta de que ella no tenía ni idea de quienes eran mis "nuevos amigos".
- ¿Podríamos ir de compras, Logan, tú y yo?
- ¿Ahora? - Pregunté con voz de quejica. No tenía ganas de ir de compras. Quería estar en mi casa que hace semanas que no estoy aquí.
- Sí, venga vamos.- Logan apoyó a mi madre con una sonrisa y yo le fulminé con la mirada.

Después de tres horas de compras mi madre nos dejó solos a mi y a mi novio. Cuando se fue me sentí un poco incómoda y culpable por lo ocurrido con Harry. Pero sigo manteniendo la idea de no contarle nada. Al menos no por ahora. Prefería que solo lo supiéramos Harry y yo. "¿Y si él se lo contó a sus amigos,eh?" preguntó mi subconsciente como una sabelotodo. No creo que se lo haya contada a nadie. Eso espero.
Nos sentamos en una terraza y pedimos algo caliente para tomar. Por suerte hoy no llovía pero hacía mucho frío. Estuvimos hablando de mis clases, las suyas y sus partidos de tenis. Era la primera vez que me aburría con él. Sentía que nuestra conversación era la típica rutina aburrida de siempre. Después fuimos a dar un paseo y yo le paré y le di un beso. Desde que había llegado no nos habíamos besado y necesitaba besarle. Necesitaba sentir su beso para borrar de mi mente el beso de Harry.
- Hey, hey, hey ¿qué hacer, April? - Dijo él cogiéndome de los hombros para separarme cuando intenté dejarme llevar.
- Sólo te estoy dando un beso.- Le respondí intentando llegar otra vez a su boca.
Logan se acercó a mi y me dio un beso casto en los labios y después me volvió a coger la mano para seguir caminando.
- Oye, ¿podrías llevarme a la estación?
- ¿Ya?- Dijo él un poco desilusionado.
- Sí. Son las diez y media y el último tren es a las once.
- Está bien. Vamos.


Cuando llegué el apartamento estaba vacío. Ya eran las doce y media y como siempre Pam estaría con Niall y Lizzy y Harry de fiesta. Cogí mi portátil y decidí ponerme a ver una película. Los ojos se me estaban cerrando cuando mi móvil empezó a sonar a todo volumen. Miré la pantalla. Lizzy.
- ¿Va todo bien? - Pregunté con voz adormilada.
- ¿Te he despertado? Lo siento.- Gritó ella sobre el barullo que se oía detrás.
- No, no estaba dormida.
- ¿Podrías venir? Es importante.- Su tono de voz cambió. Ahora estaba preocupada.
- ¿Qué ha pasado?- Dije levantándome de la cama y poniéndome las convers.
- Es Harry. Por favor, April, ven.
Mi pulso se aceleró.
- Se ha encerrado en el baño y no quiere salir de ahí. Está borracho y no para de decir que solo saldrá si vienes tú.
- ¿Qué?  ¿Estás segura que dijo que si YO no voy no saldrá? - Pregunté sorprendida. Dudo mucho que quiera que yo este ahí después de habernos evitado toda esta semana y de la discusión del sábado.
- Estoy segura.
 - Está bien, voy para ahí.- Me hubiera gustado decirle que no. Que no iba a ir y que se buscara a otra de las chicas con las que Harry se acuesta o que avisara a Mery pero a pesar de todo no podía evitar estar preocupada por él.
Tuve que llamar a un taxi para poder llegar a la casa de la fraternidad. En menos de media hora me encontraba dentro de la casa, buscando a Lizzy.
- April, ¡por fin! - Me cogió del brazo.Y me llevó escaleras arriba.- Siento mucho haber tenido que llamarte.
- No pasa nada, tranquila.- Le sonreí.
Nunca había estado en la parte de arriba de la casa . Pero consistía en un largo pasillo con muchas puertas, que imagino que serían las habitaciones de los universitarios que vivían ahí.  No puedo entender como esos estudiantes pueden vivir ahí. Siempre hay fiesta y ruído, ¿cómo y dónde estudian? Bueno quizás no se preocupan mucho por sus estudios. Aunque la conversación que tuve con Ryan me demostró que si se interesaba en estudiar aunque me dijo que a Jack le va más la fiesta.
 Pude reconocer a Matt y a Ryan. Los dos me miraron. Ellos se fueron de ahí, dejándome con Lizzy justo en frente de la puerta.
- ¿ A dónde vas? - Le pregunté a Lizzy cuando la vi dispuesta a marcharse con sus dos amigos.
- Creo que os entenderéis mejor si estáis solos...
- No sé yo...- Ella me dio una sonrisa alentadora pero me dejó allí, sola.
Acerqué mi oído a la puerta para ver si le oía pero entre la música y los gritos de la gente sería imposible. Mis manos temblaban cuando decidí golpear la puerta.
- ¡DEJADME! - Gritó Harry.
Volví a golpear la puerta y cogí el picaporte forzándolo para abrir la puerta pero él la había atrancado por dentro.
- ¡DEJADME SOLO JODER! - Volvió a gritar.- ¡SOLO SALDRÉ SI VIENE APRIL!
- ¡Harry! ¡Harry, soy April! - Volví a golpear la puerta.
- ¿APRIL?
- ¡Sí, soy yo!
A los pocos minutos abrió la puerta y me agarró del brazo para que entrara dentro con él y una vez dentro, volvió a cerrar la puerta del baño.
Me quedé quieta mientras observaba su estado. Sus ojos estaban un poco enrojecidos. Imagino que sería del humo que había fuera de la casa y del ambiente cerrado del baño.
De repente sus brazos rodearon mi cintura con fuerza, pegando mi cuerpo con el suyo. Apoyó su cabeza en mi hombro y me abrazó. Yo seguí quieta sin saber muy bien que hacer.
- ¿Por qué no me abrazas? - Me preguntó mirando hacia abajo pero con sus manos aún en mi cintura.
- ¿Quieres que te abrace? - Pregunté un poco confundida.
Él asintió con la cabeza y yo pase mis manos por detrás de su cabeza. Sus brazos se apretaron con fuerza en mi espalda.
- Echaba de menos esto...- Susurró contra mi camiseta.
- ¿Estás bien?- Dije sin responder a lo que acababa de decirme. Aunque mi corazón se había acelerado un poco sabía que él lo decía porque estaba borracho. Podía oler  su aliento a vodka.
- Yo...yo quiero estar contigo.- Dijo él.
¿Qué? ¿Cómo que quiere estar conmigo? ¿En que sentido quiere estar conmigo?
- ¿Te llevo a casa?
- No.- Habló él dejándose caer al suelo con las piernas estiradas.
- ¿Cómo que no? Harry estás muy borracho, te llevaré a casa y así podrás dormir.
- N-n-No, No quiero.- Dijo él enfurruñado.
- No seas crío. Anda vamos.- Extendí mi mano para ayudarle a levantarse pero él se cruzó se brazos.
- No quiero que te vayas.
- ¿Qué? - En ese momento se me ocurrieron unas cuantas cosas para decirle pero ese no era momento.- No me voy a ir, Harry. Sólo quiero llevarte a casa.
- ¿A tu apar- aparti- aparto- apartamento? - Dijo él al fin y no pude evitar reírme al ver lo que le costaba hablar por los efectos del alcohol.
- ¿Sabrías decirme cómo llegar al tuyo? - Le pregunté yo aunque ya me imaginaba la respuesta.
- Creo qu-que no.
- Pues sí, entonces te llevaré a mi apartamento.
- Está bien. - Él se levantó y yo pasé su brazo por detrás de mi cuello y mi otra mano fue alrededor de su torso para poder sujetarle.



Muchas gracias a todas las que os estáis preocupando por comentar, de verdad. Lo aprecio mucho y me encanta saber vuestras opiniones.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Capítulo 74.

[SIGUE NARRANDO APRIL]


Después de un rato caminando encontré un sitio barato pero acogedor para comer. Era una bocatería y hamburguesería pero no era de estos sitios en los que en cuanto entras hueles el olor a frito y todo esta como grasiento. Me senté en una de las mesas mientras esperaba a la camarera.
Tiene que ser una broma, me dije a mi misma cuando Harry entró por la puerta.
- ¡Qué casualidad! - Dijo él con una pequeña sonrisa, mirándome.
- ¿Me has seguido?
- ¡Qué mal pensada eres, April! - Habló con cara de exageración.- No tenía ganas de cocinar y he decidido comer fuera.
Al ver que no le invité a sentarse conmigo, Harry se acomodó en la mesa justo al lado de la mía. Al fin apareció la camarera con un block de notas en la mano y un bolígrafo en la otra.
- Yo quiero una hamburguesa simple con patatas y coca cola, por favor.- Le pedí.
- Yo pediré una hamburguesa completa y zumo de naranja.- Le sonrió Harry a la camarera y pude ver como ésta bajaba la mirada y se iba a la cocina con las mejillas enrojecidas.
 Saqué de mi bolso algunos de mis apuntes de clase para repasarlos. El poco tiempo que tenía libre lo aprovechaba para dedicarlo a los estudios.
- ¿No descansas nunca? - Me preguntó Harry.
- ¿Qué?
- Sí, siempre que te veo estás estudiando o haciendo algo para clase.
- Estoy en la universidad, es lo que debo hacer.- Dije yo volviendo a bajar la vista para retomar la lectura de mis apuntes.
- Ya bueno, pero...- Él se quedó callado cuando su móvil empezó a sonar.
Yo seguí con la vista fija en mis papeles pero en realidad mis oídos y atención estaban en la conversación que mantenía Harry.
- Estoy comiendo por ahí.- Habló él al teléfono.- No vengas.- Se quedó callado unos segundos y volvió a responder.- No quiero....He dicho que no Mery.... Además estoy con alguien.- Pude notar como sus ojos ahora me estaban observando.- Sí, nos vemos el sábado. Adiós.- Colgó el teléfono.
La camarera nos trajo nuestros platos y después se fue dedicándole una radiante sonrisa a Harry. Aunque él no parecía prestarle atención.
- ¿Y qué estás estudiando? - Me preguntó mientras le daba un gran bocado a su hamburguesa.
- Son apuntes, no los estoy estudiando, sólo corrigiendo para cuando los pase a limpió tener menos trabajo.
- No. Me refiero a que estudias en la universidad.- Le vi realmente interesado.
- Diseño de interiores y recursos humanos
- ¡Vaya! - Abrió sus ojos.- Pero, ¿eso no son dos carreras?
- Sí. Estoy haciendo las dos. La universidad me lo permite. Por eso vine a Londres. En otros lugares no tenía posibilidad de cursar esas dos carreras al mismo tiempo.
No sé porque le estoy hablando. Ayer me había planteado evitarle y ahora me veo aquí, uno en cada mesa diferente, hablando como si nada.
- No sé de donde sacas el tiempo para hacer todo lo que haces.- Dijo él dando un sorbo a su vaso de zumo.-Estás estudiando dos carreras y trabajas en una cafetería, es admirable.
- Aprendí a organizarme.- Respondí yo.- Aunque he pensado borrarme de Filmografía.
- No- Dijo Harry de repente con sus ojos fijos en mi.
- ¿No, qué?
- Quiero decir que no deberías borrarte de esa clase, puedes aprender mucho.- Él volvió su vista a su plato durante unos minutos y después cambió de tema.-  ¿Por qué trabajas en el Starbucks?
- Necesito dinero para mis gastos personales y estoy intentando conseguir un coche y la cafetería fue el empleo que más rápido conseguí y que no me quita mucho tiempo para estudiar.- Le expliqué yo.
- ¿No crees que deberíamos sentarnos juntos? ¿En la misma mesa?- Volvió a cambiar de tema.
- No porque no hemos venido juntos.
- Parecemos tontos...- Dijo él evitando sonreír.
- Está bien, puedes sentarte aquí.- Respondí haciendo un gesto con mi mano derecha, indicando el asiento de enfrente mío. Realmente sí parecíamos tontos hablando uno con otro pero sin sentarnos juntos. Además cada vez se llenaba más el lugar y no era justo que otras personas se quedaran sin mesa. "No intentes engañarte, tú quieres que se siente contigo" Habló mi subconsciente.
Harry escondió una sonrisa mientras cogía su plato y su zumo de naranja y los posaba en mi mesa.
- Vuelvo ahora.
¿Y ahora qué? Le invitó a sentarse conmigo y ¿se va?

- ¿Y por qué no trabajas en otra cosa? - Me preguntó cuando regresó de donde quiera que haya ido.
- Porque no tengo los estudios ni la experiencia de trabajo necesarios para que puedan contratarme en algún empleo mejor.
- Tonterías. - Habló él sin pensar.- Quiero decir que tienes mucha capacidad para hacer otras cosas mejores que servir cafés en un Starbucks.
¿Eso era un halago? ¿Me estaba halagando?
- Bueno...mi obligación principal ahora mismo es estudiar, no trabajar. Ya te he dicho que trabajo para poder tener un poco de dinero. Pero si tuviera la oportunidad de conseguir un empleo mejor que el que tengo pues lo aceptaría.
- ¿Qué te interesa? - Me preguntó Harry dando el último mordisco a su hamburguesa.
- Lo que a todos les interesa.- Reí yo.- Trabajar de lo que estudio. ¿Y tú?- Me  atreví a preguntar ya que me estaba poniendo nerviosa tantas preguntas hacia mí.
- ¿Yo qué?
- ¿Qué quieres hacer?
- Estudio para estar ocupado. Desde que me fui de Staff...- Se quedó callado cuando yo miré hacia otro lado.- Emmm...me he estado manteniendo ocupado con actividades.- Acabó él de decir.
- Tengo que irme, sino llegaré tarde.- Dije levantándome de la mesa sin hacer ningún comentario de sus estudios o actividades.
- Te llevaré.- Dijo él levantándose también de la mesa.
- No hace falta.- Hablé mientras sacaba la cartera para pagar.- ¿Cuánto es? - Le pregunté a la camarera que me había atendido.
- Nada.- Contestó la camarera. Yo fruncí el ceño sin entender  y ella añadió.- Él ha pagado tu cuenta.- Señaló a Harry.
- No tenías por que hacer eso. Dime cuanto ha sido y así podré pagártelo.
- No.- Dijo Harry saliendo por la puerta del lugar.
- Harry, en serio.- Dije yo seria.
No me gusta que me inviten a las cosas. No me gustan que me paguen mis cosas y menos él. ¿Por qué lo ha hecho? No tiene que hacerlo. No es mi novio. No es mi amigo. No somos nada. Si no eres nada de una persona, no tienes que pagarle nada. "Es un caballero" Dijo mis subconsciente. No, no es un caballero. Un caballero no abandona a su enamorada. ¿En serio acababa de pensar eso hacia mis adentros? Qué ridícula.
- Déjame que te lleve en coche. Llueve mucho.- Dijo él quedándose bajo el techo de tela de la bocatería.
- Déjame que te pague mi almuerzo.- Dije yo poniéndome la capucha de mi sudadera.
- Te vas a mojar. Llueve mucho más que antes y puedes enfermarte.- Dijo haciendo caso omiso a mi petición de pagarle.
¿Y ahora se preocupa por mi salud también? No entiendo nada. Pero Harry tenía razón la lluvia caía cada vez con más fuerza y tampoco me quedaba mucho tiempo para llegar al Starbucks.
- Está bien.- Dije subiéndome al asiento el copiloto de su coche.
Harry comenzó a conducir. Durante el trayecto ninguno dijo nada. Sólo se escuchaba la radio de fondo pero yo estaba inmersa en mis pensamientos. ¿Podría intentar tener una relación de amistad con Harry? ¿Es eso lo que quiere él? ¿Qué quiero yo? Hay tantas preguntas que no sé las respuestas y ni siquiera sé porque me las estoy planteando. No sé que hago subida a su coche ni porque comimos juntos. ¿Por qué comimos juntos, no? Sí, supongo que sí ya que acabamos en la misma mesa. No entiendo su comportamiento. Unos días amables y otros días insoportable. ¿Sería capaz de ser su amiga evitando pensar en lo que me hizo? Podría hacerlo por Lizzy. Ella se lleva bien con ambos. Desde que vivimos juntas nos hemos acercado más la una a la otra y incluso podría decir que hemos llegado a formar una pequeña ¿amistad?. Podría esforzarme por ella y también por mi. Es cansino estar día tras día odiando a una persona. Y si Harry sigue comportándose tan amable como hoy, no me costará a mi tampoco intentar ser amable con él. ¿Podría intentarlo, no? Ya que la opción de evitarle no funciona porque está en todos los lugares pues puedo intentar llevarme bien con él o al menos ser cordial.
- Si necesitas que vuelva a buscarte, llámame.- Dijo Harry mientras aparcaba en frente de la cafetería.- ¿Si-sigues teniendo mi número, verdad? - Preguntó un poco tímido y cabizbajo.
- Sí...lo sigo teniendo.- Le respondí abriendo la puerta del vehículo.- Gracias por traerme.

Cuando terminé mi horario de trabajo el tiempo había empeorado. Ahora aparte de lluvia y truenos, el viento soplaba con fuerza. Por suerte Jacob, mi supervisor me ofreció acercarme a casa y se lo agradecí. Menos mal que pude llegar a mi apartamento sin mojarme y sin tener que recurrir a llamar a Harry.
La semana se paso rápido. Y el sábado había decidido ir a la fiesta con Harry y Lizzy. Era la primera vez que tenía ganas de ir a esa casa llena de adolescentes borrachos. Gran parte era porque  Harry se había portado muy bien conmigo durante esta semana. Incluso hubo varias veces en las que sonreí y me reí con él. Aunque claro siempre evitando hablar de todo lo que ocurrió. Quizás no me hacía falta ya una explicación. Quizás podía tratarle bien a él y llevarme bien con él sin esperar la respuesta de porque se fue. Sé que me había propuesto evitarle pero estuvo tan simpático esta semana. Es cierto que fuera del colegio y del apartamento no le había visto. Pero todas las veces que había venido a visitar a Lizzy durante esta semana, hablamos y fue bastante soportable. Así que no veía el problema de ir a la fiesta esta vez cuando ya he ido otras veces sabiendo que estaría incómoda con él ahí. Por una vez que creo que puedo llevar bien las cosas y disfrutar de una noche de sábado de universitaria no quería desaprovecharlo.
 Me puse muy nerviosa cuando mi mano y la de Lizzy fueron directas al manillar de la puesta del copiloto. Fue instinto, supongo. Siempre he estado acostumbrada a sentarme al lado de Harry en su coche. Saqué mi mano apurada y fue al asiento de atrás sin decir ni una palabra.
En cuanto entramos por la puerta, ya  teníamos nuestros vasos con bebidas en las manos. Vi a Ryan y a Matt cogiendo otras dos bebidas para ellos. ¿Cuantas llevarían ya?
- Qué rápido te sirven alcohol aquí.- Dije en voz alta.
Y Ryan y Matt se rieron ante mi comentario.
- No sería una buena fiesta si no tuvieran alcohol.- Sonrió Matt.
Nos dirigimos a la esquina del salón. Supongo que ese era su sitio porque las pocas veces que vine aquí, todos estaban sentados en ese sofá de la esquina. Nos encontramos con Jack y Mery. Yo les sonreí a ambos como saludo. Aunque mi sonrisa hacia Mery fue demasiado falsa como para que no lo notara.
Todos empezaron a hablar y reír de cosas que yo no tenía ni idea. Rememoraban recuerdos de experiencias que habían tenido juntos. Me sentí un poco fuera de lugar.
- Creí que no volvería a verte por aquí - Me dijo Ryan en voz baja.- La última vez te fuiste de repente y no sabía que te había pasado...
- Ah eso... sí. No te preocupes me fui porque...porque me encontraba mal.- Mentí.
- Yo creí que había sido por la respuesta de Harry en el juego.
¿Tanto se había notado que me había largado por eso la última vez?
Mi mirada fue directa hacia Harry, el cual me observaba.

[NARRA HARRY]

Después de unos minutos observando a April, sus ojos se posaron en los míos pero a los pocos segundos bajo la mirada y volvió a contestarle a Ryan. Con la música que había no podía escuchar ni una palabra de la conversación que estaban teniendo. ¿De qué coño le estará hablando Ryan? ¿Por qué le está hablando? ¿Por qué se le acerca tanto para hablarle? Podría levantar la voz en vez de acercarse tanto al oído de April. ¿Por qué ella se está riendo? ¿Le acaba de contar un chiste o qué? No entiendo porque se está riendo. Intenté que ella me mirara otra vez pero se la veía bastante interesada en la conversación que estaba teniendo con Ryan. ¿Qué será eso tan interesante que le estará diciendo? Me estaba poniendo muy nervioso. Quería llamar su atención. Quería que estuviera pendiente de mí y no de él. Además estabamos en una fiesta. No deberían estar hablando. No. ¿Qué puedo hacer para llamar su atención?.
- Ryan córtate un poco y si quieres ligartela hazlo mejor.- Grité yo para que me oyeran.
Ninguno de los dos me hizo caso. Ryan me dedicó una sonrisa y April me miró seria pero después volvió a conversar con él.
Hice lo único que sabía en lo que April se fijaría. Agarré la cara de Mery, que estaba sentada al lado mio y le di un beso. Apreté fuerte mis ojos y seguí metiendo mi lengua dentro de su boca. Después de unos minutos abrí los ojos y miré hacia Ryan para ver a April pero ella ya no se encontraba allí. Mis ojos recorrieron rápidamente el salón y la vi salir por la puerta del salón. Me levanté sin dudarlo pero Mery vino detrás de mi.
- Mery vuelve a salón.- Dije sin mirar atrás.
Ella me cogió del brazo para girarme y volvió a abalanzarse sobre mí.
- Deberíamos acabar lo que empezaste.- Me sonrió ella bajando una de sus manos por mi camiseta para llegar al botón de mis pantalones.
- Déjame.- Hablé girándome para buscar a April.
- ¡Oh venga Harry, sé que quieres!
- ¡No! - Dije alto y claro para que lo entendiera de una vez.
Cuando salí fuera, ahí estaba April cubriéndose con las manos sus brazos desnudos.
- Ni se te ocurra acercarte a mi.- Me dijo ella manteniendo la voz baja, muy baja.
- April...
- Ni April ni nada.- No me dejó hablar.- Vuelve dentro y disfruta de la fiesta.
- ¿Por qué te pones así? - Le pregunté aunque ya sabía la respuesta.
- Porque eres un capullo.
- ¿Qué has dicho?
- Qué eres un capullo Harry.
- ¿Por qué? ¿Por besar a Mery? Eras tú la que estaba hablando con Ryan cuando creí que te caía mal.
- ¿Pero que me estás contando? - Dijo ella incrédula.- Primero:  - Ella levantó el dedo pulgar.- Ryan está aquí porque supuestamente es TU amigo, segundo: - Ahora levantó el índice como si contara con los dedos todo lo que estaba diciendo.- Sí, él se portó mal el día de tu cumpleaños pero me pidió perdón y yo le perdoné y tres: ¿Qué estás celoso?- Sus mejillas se enrojecieron al preguntarme esto último.
- ¿Celoso, yo? - Me reí.- Celosa estás tú porque besé a Mery. Y sí, Ryan es mi amigo o conocido, pero no es el tuyo así que no hables con él como si lo fuera.- Dije enfadado.
- Te odio.- Dijo April.
- No, no me odias.
- Sí, te odio.- Repitió ella.- Estuviste toda la semana tratándome bien y creí...creí que aunque no vayamos a ser amigos pues que podríamos ser cordiales y educados el uno con el otro y ahora te comportas como un capullo, otra vez.
-  ¿Tanto te cuesta admitir que estás celosa porque besé a Mery? - No le respondí a todo lo anterior que me había dicho, solo quería que admitiera sus celos.
Además ni siquiera sabía que responderle porque ni yo mismo sé como comportarme cuando estoy con ella.
- ¡Dios!- Gritó ella.- ¡No estoy celosa!.
- ¿Y por qué soy un capullo si lo único que hice fue besar a Mery, eh?
- Por...por el comentario que le hiciste a Ryan.
- ¡Venga ya, April! ¡Sabes perfectamente que no es por eso! - Grité yo.
- Sí, es por eso. Fue maleducado y estuvo fuera de lugar.- Dijo ella intentando creerse ella misma su propia excusa.- Además él no estaba ligando conmigo.
- Sí, sí que estaba ligando contigo.- Respondí convencido.- Yo conozco muy bien a Ryan, no como tú.
- ¿Y qué más te da si estaba ligando conmigo? Yo puedo estar con quien quiera y hablar con quien quiera. Además tengo novio y lo sabes.
- Un novio al que no quieres.
- ¿Otra vez con eso? - Dijo ella crispada.
- Es la verdad, April. Y cuanto antes lo admitas a ti misma, mejor será para ti.
- ¿Qué te crees que te quiero a ti? - Preguntó ella mirándome a los ojos.- Si estuve hablándote bien esta semana fue por Lizzy, porque no quiero ponerle las cosas incómodas a ella, no por tí. Si fuera por mí no volvería a hablarte.- Dijo mirando hacia otro lado.
- Sabes que eso no es verdad.- Dije intentando convencerla y esperando realmente que lo que acababa de decir fuera por el enfado del momento.
- Sí, Harry, es verdad. Estás loco si piensas que vamos a volver algún día. Eso no va a ocurrir.
- Tú estás loca si crees que quiero volver contigo.- Dije dejándola sola y volviendo a la fiesta para buscar a Mery.
Eso me había dolido. Mucho. Más de lo que creía que podría dolerme.
Fui a la cocina y me tomé cuatro chupitos seguidos. Estaba un poco mareado cuando retomé mi camino al salón pero me daba igual. Allí estaba Mery.
- Justo la persona que buscaba.- Le dije al oído.
Ella me sonrió y subimos a las habitaciones de arriba. Entramos en una de las que estuvieran vacías y empecé a besarla.
¿Por qué April me dijo eso? ¿Lo diría realmente en serio?.
- ¿Qué quieres Harry? - Me preguntó Mery, sacándome de mis pensamientos.
- Ya sabes lo que quiero.- Le dije.
Y ella se bajó la falda y sus bragas.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Capítulo 73.

[NARRA APRIL]

- ¿Qué acaba de pasar? - Pam entró a la habitación en cuanto Harry salió por la puerta.
Lo que me faltaba. Ahora tenía que darle explicaciones a Pam, todas esas explicaciones que estuve evitando desde que le vi. Ya tenía suficiente para todo el día. ¿Qué se supone que hace él volviendo aquí? ¿No puede tan solo dejarme en paz? No se porque ahora le cuesta tanto. Mi cabeza estaba hecha un lío.
- No pasó nada.
Mi amiga me miró con mala cara y se acomodó en la silla del escritorio mientras yo me tumbaba en mi cama.
- ¿Hace cuanto que le ves?
- ¿Qué? Yo no le veo. Él viene porque es amigo de Lizzy y como tú nunca estás los fines de semana pues he salido con ellos un par de veces y...
- Espera, espera.- Me interrumpió.- Me estás diciendo que ¿has estado saliendo de fiesta con tu ex novio y su mejor amiga?
- Sí y sólo fueron dos días. No hace falta exagerar.
- Creí que le odiabas por lo que te había hecho.
- Y le odio.- Dije convencida.
"No parecía que le odiaras cuando le besaste" Dijo mi subconsciente. Yo fruncí el ceño.
- ¿Qué piensas?
- Nada.
- April, soy tu amiga. Tu mejor amiga. Puedes contármelo.- Ella insistió. Al ver que no obtuvo respuesta por mi parte volvió a preguntar- ¿Por qué vino hoy? Obviamente no fue para ver a Lizzy.
- Porque esta mañana me fui del apartamento.
- ¿Estuviste en SU apartamento? - Con cada acontecimiento que le confesaba a Pam, más se abría su boca.
- Sí pero no es lo que piensas. Yo no quería ir. De hecho no sabía que me estaba llevando ahí. Estaba borracha y me quedé dormida allí. Y se enfadó porque por la mañana me tomé un taxi para llegar aquí pero como comprenderás no quería despertarme en su cama.
- ¿DORMISTE CON ÉL? - Dijo histérica y levantando demasiado la vos.
- NO. CLARO QUE NO. Yo dormí en su cama y él en el sofá.
O al menos hasta donde yo sabía. Cuando me había ido por la mañana lo había visto echado en la cama, a mi lado pero eso iba a evitar contárselo a Pam.
- Pues él no es el más indicado para enfadarse. No tiene ningún derecho después de lo que te hizo.
- Vale, Pam. Ya sé lo que me hizo, ¿puedes dejarlo ya?
- No he dicho nada malo.- Se defendió.
Suspiré.
- ¿Puede dejarme sola? Me gustaría dormir.
- Son tan solo las siete y media de la tarde.
- Me duele mucho la cabeza.
- Está bien.- Ella se levantó y se dirigió a la puerta.- April, sabes que siempre estaré aquí. Yo solo quiero verte bien. No quiero que él te vuelva a hacer daño.
- Lo sé.- Le di una media sonrisa y Pam abandonó la habitación.

Cerré los ojos pensando en todo lo ocurrido. Yo estaba bien y ahora él vuelve a aparecer. Le odio. Le odio por hacerme esto. No tiene que cuidarme. No quiero que me cuide. No quiero que me defienda de nadie ni que se preocupe por mi. No quiero que me diga que le importo porque sé que es mentira. ¿Cómo puedes importarle a una persona que te abandonó sin darte ninguna explicación?. Hay tantas cosas que quiero decirle. Quiero que sepa como me sentí. Quiero que se de cuenta lo que hizo. No puede hacer como si nada hubiera ocurrido. Ni siquiera parece la misma persona. Al menos no del todo. Le odio. Y le odio más por haberme besado. Porque ahora no puedo sacarmelo de la cabeza. "Desde que le volviste a ver en el Starbucks no puedes sacartelo de la cabeza" me recordó mi subconciente. Es cierto. Y el hecho de habernos besado lo hace más difícil. Logan. Mierda. Engañé a Logan. Él no se lo merece. No se merece eso. Es tan bueno. Desde que le conocí,  tres más tarde de que Harry desapareciera, me ha tratado genial. Mis padres están encantados con él y no me extraña porque es el novio que desearía cualquier chica. ¿Debería contarle lo del beso? Sí. Logan se merece saber la verdad. No. No se lo diré. No puedo decirselo. No puedo hacerle eso a él. Voy a olvidarme de Harry. Sí, eso es lo que haré. No volveré a hablarle y lo evitaré. Lo evitaré de todas las formas posibles. Ahora las cosas me van bien y quiero que siga así.  No volveré a ir de fiesta con ellos. Me concentraré en estudiar y en trabajar. No voy a echar por la borda esto. No voy a permitirme volver a estar con Harry. ¿Por qué no me dice la razón por la cual se largó? ¿Tanto le cuesta? ¿Es que hizo algo malo? ¿O simplemente me dejó de querer? No. No puede ser. El día anterior,antes de que desapareciera, recuerdo haberle visto realmente preocupado, él estaba allí al pie de la cama del hospital mirándome, cogiéndome de la mano, sintiéndose culpable por el accidente cuando no había sido su culpa. Estaba ahí diciéndome lo mucho que me quería. Y después no le volví a ver.
Cuando me di cuenta estaba usando mis manos para secarme las lágrimas que caían por mi cara. Otra vez, no. No volveré a llorar por él. Ya lo he hecho durante mucho, demasiado tiempo.

Me desperté a las seis del lunes por la mañana. Eso me pasa por haberme acostado tan pronto anoche. Ni siquiera recuerdo haberme quedado dormida. Para la media hora que me quedaba de sueño decidí levantarme y darme una ducha. Hice el menor ruido posible para no despertar a Pam y a Lizzy que seguían durmiendo.
Al mirar por la ventana vi el tiempo horroroso que hacía. Decidí ponerme unos vaqueros, una camiseta blanca y una sudadera con convers blancas en los pies. No debería ponerme estas zapatillas con la lluvia pero es lo mejor que tengo. Tengo que conseguir un coche de una vez. Hasta ahora no había llovido pero hoy era algo torrencial. Quizás podría conseguir algún coche de segunda mano. Algo que me sirva para ir y venir de la universidad y del trabajo sin acabar empapada. Maldito tiempo de Londres.
En cuanto abrí la puerta ahí estaba otra vez él, con los nudillos preparados para golpear. Y yo que me habría propuesto evitarlo, iba a ser más difícil de lo que creía. Sé quedó quieto y un poco sorprendido o al menos eso parecía por la expresión de sus ojos. ¿Sorprendido por qué? Estoy saliendo de MI apartamento para ir a la universidad.
Pasé por su lado sin decir nada y empecé a bajar las escaleras. Cuando llegué al portal y miré hacia fuera decidí esperar unos minutos para ver si la tormenta  aplacaba un poco. Había salido más temprano de casa así que podía esperar hasta quince minutos. Después de unos diez minutos escuché a Lizzy y Harry hablando sobre una fiesta que había el sábado mientras bajaban las escaleras.
- April creí que ya te habrías ido.- Dijo Lizzy.- ¿Pasó algo?
- No, no. Estaba esperando a ver si paraba un poco de llover y tronar.
- Si quieres Harry te puede llevar. Vino a buscarme precisamente por eso.- Me sonrió.
- No, gracias.- Respondí educadamente sin mirarle a él ningún minuto.
- En serio, él no tiene ningún problema, ¿a qué no?.
- Te llevaré.- Dijo Harry llamando así mi atención. Creía que después de lo que había ocurrido ayer y la manera en la que se había ido no volvería hablarme. Lo hubiera preferido.
- No, en serio. Es solo un poco de agua.- Hablé yo mirándolo muy seria y saliendo del portal.

Cuando llegué a mi primera clase estaba absolutamente mojada. Chorreando agua desde la cabeza a los pies. Decidí hacerme una trenza a un lado antes de que mi pelo se pusiera hecho un asco. Después de tres horas solo quedaba la última clase. La última hora de clase de hoy. Y también a la que más me iba a costar ir. Filmografía. Sabía que vería a Harry. Supuse que se sentaría en algún otro lugar debido a la discusión que tuvimos ayer pero mis sospechas fueron incorrectas. En cuanto entró por la puerta no dudó en sentarse a mi lado. Creo que debería quitarme de una vez de esta clase. Aunque me gustaba mucho y cada vez se me hacia más interesante trabajar sobre alguna película no quería tener que evitar a Harry o sentirme incómoda con él a mi lado. Pensé en cambiarme de sitio pero eso no solucionaría mucho. Él me estuvo observando durante toda la clase. Podía notar sus ojos verdes pendientes de mi.  Era un poco frustrante. Pero me concentré en las anotaciones del profesor y tomé apuntes, incluso algunos innecesarios pero necesitaba sentirme útil para no sucumbir en mirarle. Tras una eterna hora de clase, ya había acabado. Para hacer tiempo decidí hablar con el profesor.
- Señor Smith, ¿podría hablar con usted unos minutos?
- Claro. ¿Ross, verdad?
- Así es.- Es increíble que se acuerde. Solo había pasado lista el primer día y eramos una cantidad considerable de alumnos. Supongo que después de las muchas veces que opiné, se habrá quedado con mi apellido.- Verá, he estado pensando en abandonar esta asignatura. No crea que no me gusta, todo lo contrario, es solo que...- Me quedé callada, pensativa. ¿Y ahora que se supone que le voy a decir? ¿Que no puedo por qué mi ex me dejó y después de siete meses me lo vuelvo a encontrar y no lo estoy llevando muy bien?
- Sería una pena que dejara mi clase, Señorita Ross.- Interrumpió él mis pensamientos, algo que agradecí.- Me gusta la capacidad que tiene para dar su opinión y aceptar mis criticas o las opiniones de otros de sus compañeros sin entrar en una discusión personal. Sus anotaciones son muy buenas y el trabajo que me entregó la semana pasada sobre "Bonnie and Clyde" ha sido excelente. Pero si está segura en que quiere darse de baja en esta materia, no se lo impediré.
- Está bien. Seguiré viniendo. Gracias Señor Smith.- Salí de la clase. ¿Qué se suponía que podía decirle ante tal discurso? Obviamente no pude decirle que no.

Al lado de mi taquilla estaba Harry, apoyando su gran espalda sobre la taquilla de al lado.
- ¿Podemos hablar? - Me pidió en cuanto llegué y abrí mi taquilla para dejar los libros.
- No tengo tiempo. - Dije cortante.
- Por favor.- Me miró suplicante.
- ¿Qué quieres Harry?- Suspiré.
- Siento mucho la forma en la hable de tu...de tu novio.- Notaba como le costaba pronunciar esas palabras.
Vaya. ¿Y ahora qué? No esperaba que viniera y de disculpara.
- Está bien.- Dije sin más por lo sorprendida que estaba.
- Puedo...puedo llevarte si quieres.- Se ofreció él.
¿Pero qué le pasa? Ayer fue un tremendo capullo y hoy hasta parece tímido.
- Pero si no sabes lo que voy a hacer o a donde voy a ir.- Dije yo con un tono defensivo.
- ¿Vas a trabajar, no?
- No. Primero voy a almorzar y después sí, iré a trabajar.
- Podríamos comer juntos.- Dijo mirándome fijamente.
- No, gracias.
- ¿Por qué no?
- ¿No tienes nada mejor que hacer? Vete con tu novia, seguro que te echa de menos.
- ¿Qué? - Harry me miró confundido.
- La rubia. Su nombre empezaba con M, Melany? No. Melody?- Me hice la tonta aunque me acordaba perfectamente su nombre.
- ¿Mery?
- Eso. Mery.
- Ella no es mi novia.
- No parece lo mismo cuando estáis juntos.- En cuanto mis palabras salieron me arrepentí. Ni siquiera entiendo porque me pone tan celosa esa chica.
- No es mi novia.- Repitió él.- Sólo nos hemos acostado algunas veces y nada más.- Añadió.
Sentí una punzada otra vez en mi pecho. Sé que Lizzy me había dicho que se había acostado pero es muy diferente oírlo desde la boca de Harry.  Yo ni siquiera había podido hacer nada de ese tipo de cosas con Logan y él en cambio, sí. Y según Lizzy con más de una. Sentí nauseas al imaginarme a Harry con otras chicas.
- Me tengo que ir.
- Déjame que te lleve.
¿Por qué se empañaba tanto en llevarme?
- Gracias pero no hace falta. Ahora ni siquiera llueve y me gusta caminar.- Dije dejándole atrás.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Capítulo 72.


[NARRA APRIL]

- ¡April, para!- Harry vino corriendo detrás de mi. Podría oír sus zapatos aproximándose
- ¡Déjame!- Le dije cuando me cogió por el brazo para detenerme.
- ¿Se puede saber que te pasa? - Me preguntó con la voz alterada.
- ¿Qué me pasa a mi? ¿En serio? - Me miró con confusión.- Vuelve con tu novia.
- ¿Qué? - Harry suspiró.-Vamos. Te llevo a casa.- Dijo aún con su mano alrededor de mi brazo.
- No iré contigo.
- He dicho, vamos.- Respitió tirando de mi.
No discutí con él. Me metí en su coche y dejé que me llevara hasta mi portal. Sólo quería meterme en mi cama y olvidarme de todo.
- Dame tus llaves.
Yo metí la mano en el bolso resbuscando una y otra vez por el fondo. Me empecé a reír. No podía parar.
- ¿Se puede saber de que te ríes?
- No tengo las llaves.- Seguí riendo yo.
- ¿Cómo que no tienes las llaves?
- Las tiene Lizzy.
- No tiene gracia.- Dijo él serio y pasándose una mano por el pelo.
Me eché contra la pared y me puse las manos en la cara.
- ¿Estás llorando?- Harry me agarró de las muñecas para dejarme la cara al descubierto.
Yo no le respondí y seguí llorando.
- ¿Y ahora por qué lloras? - Preguntó frustrado.
- Yo.. yo...solo déjame sola.- Le pedí intentando que me soltara su agarre.
- Vamos.- Me ordenó.
- No quiero ir contigo a ninguna parte, solo quiero estar sola.- Notaba como hablaba más lento de lo normal y como algunas letras se me resbalaban.
- ¡Suéltame! - Le grité cuando me cogió más fuerte y tiró de mi para me moviera pero yo hice toda la fuerza que pude para quedarme en el mismo sitio.
- ¿Quieres dejar de gritar? - Dijo con los dientes apretados presionándome contra la pared.
Su cara estaba a pocos centímetros de la mía. Sus ojos verdes me miraban fijamente. Me costaba respirar. Él entreabrió la boca. Ahora toda mi atención estaba en sus labios de color rosa y húmedos.  Moví mis manos y el me soltó al instante. Puse mi manos al rededor de sus brazos. ¡Qué brazos!. Debió de haber hecho mucho ejercicio porque los notaba mucho más grandes y fuertes. Me estremecí al notar sus manos apoyadas ligeramente en mis caderas. Noté su respiración caliente en comparación al frío que hacía aquella noche. Subí mi mano recorriendo su brazo hasta llegar a su pelo. Le acaricié la parte de abajo de la nuca. Él cerró los ojos.
- Bésame.- Mi voz era un susurro.
Su boca se acercó un poco más a la mía. Quedando casi pegadas. Pero entonces abrió los ojos y se apartó.
- No. Vamos.- Repitió.
Las lágrimas corrían otra vez por mi mejillas mientras me subía a su coche. "¿Se puede saber que haces subiéndote a su coche otra vez?" Preguntó mi subconsciente incrédula. Ni siquiera yo lo sabía. Sólo me senté en el asiento del copiloto esperando a que me llevara otra vez a la casa de fraternidad para buscar a Lizzy y conseguir las llaves.
 Aparcó en una calle desierta de gente. Se bajó del coche y sacó unas llaves de su bolsillo trasero abriendo así el portal de un edificio en el que nunca había estado antes.
- ¿Dónde estamos?- Le pregunté poniéndome detrás de él cuando subimos al ascensor. Estaba demasiado vergonzosa como para poder mirarle a los ojos después de que me rechazara. Él marcó el piso número 20. El último.
- Es...es mi apartamento.- Respondió él. Yo me quedé callada durante todos los pisos. El ascensor era realmente lento.
Llegamos a un gran vestíbulo y yo le seguí sin decir ni una palabra. Entramos a una habitación con una gran cama matrimonial en medio. Harry encendió las luces y se sacó las botas, dejándolas a un lado de la cama. A continuación hizo lo mismo con su camiseta negra y sus pantalones, quedando así en boxers  de Calvin Klein. No pude evitar admirar su cuerpo. Tenía muchos más tatuajes. El brazo izquierdo estaba lleno de pequeños tatuajes. Pero lo que más me sorprendió fue una gran mariposa en su torso. Quizás estaba demasiado borracha y solo me la estaba imaginando.
- ¿Qué haces?- Preguntó él con la voz mucho más profunda y la respiración un poco más agitada. Cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo quité la mano rápido y miré hacia otro lado. ¿Cómo había llegado hasta él para ponerle la mano sobre sus abdominales, sobre aquella mariposa tatuada?
- ¡Qué horror! - Dije mintiendo y ahogando una risa . Realmente estaba impactada por aquel tatuaje pero más impactada me quedé al notar lo realmente sexy que me parecía aquella gran mariposa en su largo torso desnudo.
- No hagas que me arrepienta de haberte traído aquí.- Respondió serio.
- Pues llévame de vuelta. Yo no te he pedido que me trajeras aquí.- Mis palabras salían solas. Sentí un ola de valentía dentro de mi cuerpo.
- Estás borracha. No voy a dejarte por ahí, sola.
- ¿Y qué? Puedo cuidarme sola. Ni siquiera sé por que haces esto cuando te fuiste.- El recuerdo de despertarme al día siguiente en la cama del hospital y que Harry no estuviera volvió a mi mente. Como cuando fui a casa y estuve tres días de reposo, llamándole una y otra vez sin obtener respuesta. Esperando a que viniera a visitarme hasta que los meses fueron pasando y él nunca volvió a aparecer.
Mis lágrimas amenazaron de nuevo en mi ojos. Me giré para salir por la puerta sin tener muy claro a donde iba a ir pero todo sería mejor que enfrentarme a Harry y a que me viera llorar por enésima vez en esa misma noche.  Pero mis pies fueron demasiado torpes y me tropecé hasta que caí al suelo.
Oí un gran suspiro proveniente de los labios de Harry. Él me cogió por los codos para levantarme del suelo.
- Dormiré en el salón. Puedes ponerte la camiseta.- Dijo mirando hacia la camiseta negra que se había sacado en cuanto llegó.
- No pienso dormir aquí y tampoco ponerme eso.
- Pues no duermas si no quieres. Hasta mañana.- Se limitó a decir mientras salía por la puerta y la cerraba.
Me senté sobre la cama. Qué cómoda era. Me froté los ojos y bostecé. De repente me sentí muy cansada.

[NARRA HARRY]

A las cinco y media me desperté. Fui a la habitación para comprobar como estaba April. Ella estaba atravesada por toda la cama con su pelo esparcido por la colcha blanca. Una sonrisa se formó en mis labios cuando vi que se había puesto mi camiseta. Muy lento para no despertarla, la cogí en brazos y la metí dentro de las sábanas para que no tuviera frío. Iba a volver al sillón y retomar el sueño pero la tentación era demasiado grande. Me eché a su lado, sin tocarla pero observando como dormía. Y mientras pensaba en lo mucho que la había echado de menos los ojos se me fueron cerrando hasta que volví a caer rendido.

Me desperté sobresaltado al estirar el brazo para abrazar a April y no encontrarla tumbada en la cama.
- ¡Joder!
Fui por toda la casa llamando su nombre pero ni rastro de ella. Volví a la habitación y encontré allí mi camiseta, doblada a un lado de la cama. Me puse unos pantalones, una camiseta blanca, las botas y salí en su búsqueda.
Cuando llegué a su apartamento, toqué la puerta. Lizzy me abrió con una sonrisa pero yo fui directamente a su cuarto sin saludarla. Allí estaba April, sentada en su escritorio, estudiando. Ni siquiera se giro cuando irrumpí la habitación.
- ¿Se puede saber que haces? - Le pregunté intentando mantener la calma pero sin conseguirlo.
- Estudiar.- Respondió con una voz muy baja.
- ¿Por qué te has ido sin avisar? - Ella siguió dándome la espalda y esta vez no me contestó.- Joder April.- Fui junto a ella y giré la silla en la que estaba sentada para tenerla de frente.
- ¿Pero qué haces? - Subió la voz y se levantó de la silla provocando así que yo diera unos pasos hacia atrás.- Vete.
- No.
- Harry, vete.- Ella fue hacia la puerta de su habitación y la mantuvo abierta.
- ¿Y ahora que te pasa?
- ¡Solo quiero que me dejes sola!- Elevó su voz
- Pues no.- Yo fui y cerré al puerta cerniendo mi cuerpo sobre ella y dejándola contra la pared.
April intentó escabullirse pero puse mi brazo al lado de su cara para evitar así que se fuera.
- ¡No puedes irte así, sin avisarme! - Dije más alto de lo que esperaba.
- Sí, sí que puedo. Si has venido para que te diga gracias por llevarme a tu apartamento no te lo voy a agradecer porque yo no te pedí que lo hicieras.
 Ella no podía mantenerme la mirada. Yo suspiré.
- No te iba a dejar sola.- Hablé yo intentando mantener la calma.
- ¿Y por qué no? Ya lo has hecho una vez.- Su voz era un susurro.
- Yo...
- ¿Tú qué? - Me interrumpió ella ahora mirandome fijamente, muy fijamente a los ojos.- ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste?
Noté como le costaba hablar. Pero no podía decirle nada.
- Di algo.
- No puedo...
Ella se mordió el labio inferior y miró hacia el techo. Unas lágrimas se empezaron a acumular en sus ojos.
- Pues no tenemos nada más que hablar.
- Sí, si tenemos. Te llevé a casa porque estabas borracha y a la mañana siguiente desapareciste, sin dejarme una nota, sin avisarme, sin más.- Yo seguí con la misma posición que antes .
- ¿No es agradable que alguien desaparezca así sin más, eh? - Preguntó ella irónicamente.
Yo suspiré y me pasé la otra mano que me quedaba libre por el pelo.
- ¿Así que lo has hecho por venganza? ¿Para que sintiera lo que tú sentiste?
- No.- Admitió.- Yo...yo lo he hecho porque...porque después de lo que te había dicho me daba vergüenza...- Sus ojos no me miraban y sus mejillas se enrojecieron. - Y ni se te ocurra comparar lo que he hecho yo esta mañana con lo que me hiciste tú.- Ahora parecía enfadada.
¡Dios cuántos cambios de humor en tan pocos minutos!
- Yo no quería. No quería irme.
- JA! Debe ser una broma. Tiene que ser una broma.- Dijo negando con la cabeza.
- No es ninguna broma, April.
Yo estaba hablando totalmente en serio. Nunca quise irme y dejarla. ¿Pero qué otra opción me quedaba en ese momento? ¿Enfrentarla con sus padres? No podía hacer eso. Hice lo que para ella iba a ser lo más fácil, irme. ¿Qué iba a hacer quedarme y que ella tuviera un problema con sus padres? ¿Hacerla elegir entre ellos o yo? No. Si les hubiera elegido a ellos sería lo más normal y yo hubiera tenido que irme de todos modos. Pero sabía que ella me elegiría a mi y no podía hacer eso. No podía ser tan egoísta. Y tampoco hubiera podido dejar que su relación con ellos se estropeara por mi culpa.
- No te entiendo. En serio que lo intenté pero no puedo.
- ¿Qué es lo que no entiendes? - Pregunté curioso pero también con miedo a su respuesta.
- ¿Por qué te has ido? - Volvió a preguntar.
Por un segundo se me pasó por la cabeza decirselo. Poder decirle que me fui por lo que me habían dicho sus padres. Decirle que yo nunca quise dejarla. Pero me contuve. No podía hacerle eso. No podía dejar que se llevara una enorme decepción con personas tan importante para ella.
- No puedo decirtelo.
- ¡DIOS! - Suspiró. - ¿Entonces que haces aquí? ¿Por qué volviste a la cafetería al día siguiente después de haberme visto? ¿Por qué no hiciste como si nada? ¿Por qué no volviste a evitarme como llevas haciendo durante meses? ¿Por qué me defendiste delante de ese chico en la fiesta de la fraternidad? ¿Por qué me cuidaste ayer?
- ¡Por qué me importas!
- No, no te importo.
- Sí, sí me importas April.- Le levanté la barbilla con mi dedo índice para poder mirarla a los ojos.
- Deja de decir eso. Deja de mentirme.- Lágrimas empezaron a caer por sus mejillas.
Me sentí tan mal. Tan mal de saber lo que le había hecho. De saber como se sentía. De saber que yo estaba provocando esas lágrimas.
- April, créeme.- Le miré con ojos suplicantes.- Sé que sigues sintiendo lo mismo por mi, sé que me sigues queriendo.
- No.- Dijo ella aunque con la mirada hacia la pared que teníamos al lado.
- Sí. Lo sé.
- No.
- ¿Y por qué me pediste que te besara ayer?
Sus mejillas se convirtieron en llamas. Realmente se avergonzaba de ello. No podía aguantarlo más. No después de tanto tiempo. No después de tantos meses sin ella. Ahora la tenía delante a tan pocos centímetros que no pude evitarlo. Cerré la distancia entre ambos. Mis labios presionaron los suyos con anhelo, con desesperación y con rabia.  Con facilidad pude introducir mi lengua dentro de su boca sintiendo así como conectábamos. Ambos movíamos nuestras lenguas con apuro pero también con delicadeza. Cuanto echaba de menos esto. Cuanto la echaba de menos a ella.
- ¿Qué haces? - Ella me apartó de repente poniéndome una mano en el pecho.
¿Qué? ¿Qué hago yo? ¿Qué hace ella? ¿Por qué me aparta?
- Me pediste que te besara.- Dije yo excusándome.
- Harry, estaba borracha.- Ahora ella ponía excusas.
- Lo querrías igualmente, estando borracha o no, querías que te besara.
- No.
Agarré su rostro con mis dos manos y con fuerza para que no pudiera resistirse y volví a invadirle la boca. Mis dedos rozaban sus suaves mejillas mientras nuestras lenguas volvían a jugar. Ella intentó pararme pero yo presioné mi cuerpo y le sujeté bien la cara. Se relajó durante unos minutos dejándome volver a disfrutar de sus labios.
- ¡Para de hacer eso!- Volvió a separarme.
- No.- Me acerqué una vez más para plantarle un beso en sus dulces labios. Pero éste duró menos, mucho menos. Tan solo fue un roce ya que sus dos manos estaba sobre mis hombros para evitar que ocurriera.
- No puedes hacer esto. Yo...yo tengo novio, Harry.- Sus ojos estaban llenos de culpabilidad.
- ¿Y qué? Él no te gusta.- Ella soltó una carcajada.- Sé que no te gusta. Pude verlo perfectamente el día que me lo presentaste.
- ¿Y tú qué sabes?
- ¡Venga ya, April! Se notaba a leguas. Él parece tan...tan...imbécil.- Ella levantó la mano para pegarme pero se la cogí con fuerza para evitarlo.- ¡Es verdad! Él sólo estaba ahí parado cogiéndote de la mano y dios... es tan aburrido.
- ¿Pero que sabrás tú como es Logan?- Se estaba enfadando y yo también.
- Pero si estoy seguro que lo máximo que llegó a hacerte es cogerte de la mano, ya ni hablemos de nada más.- Elevé la voz cabreado. No podía pensar con claridad.
Ella dejó de hacer fuerza con la mano que estuvo a punto de pegarme. Le solté la muñeca y dejó caer la mano, mirando hacia otro lado.
- ¿Así que es cierto? - Pregunté yo alucinando. A ver se notaba que ese tal Logan era paradito pero no creí que fuera para tanto.- ¿Nunca ha intentado nada más? - Iba a preguntárselo de otra manera pero controlé mi vocabulario.
- Él me respeta y nos estamos tomando nuestro tiempo.- Yo no pude evitar soltar una carcajada y ahora sí, su mano derecha aterrizó con fuerza en mi mejilla izquierda.- Eres un capullo. Vete.
No lo dudé. Salí de su cuarto sin mirar atrás.
- ¡Y arregla la puta puerta!- Grité

Capítulo 71.


[SIGUE NARRANDO APRIL]

De vuelta a martes y sin saber nada de Harry durante todo el domingo y el lunes. Pam había vuelto el domingo por la noche contándome el maravilloso fin de semana que había tenido con Niall.
Entré en clase de filmografía y me senté en primera fila, como siempre solía hacer en esa clase. Al final había decidido no quitarme de la materia. El profesor era muy bueno y además solo tenía una hora a la semana esa clase. Y he de admitir que no estaba nada mal la asignatura. Consistía en comentar películas que el profesor nos mandaba mirar. Comentábamos acerca del escenario, vestuario, efectos especiales y la trama.
Mi boca quedó completamente abierta cuando Harry entró por la puerta y se sentó en la mesa vacía que había a mi lado. ¿Por qué tenía que sentarse ahí? La clase estaba todavía prácticamente vacía. Había mucho más sitios libres.
- Aún no me agradeciste lo del sábado.- Dijo él cuando el profesor entró en clase y se puso a dar la materia.
Mi mirada fue de asombro.- Ya sabes, por haberte defendido.- Solté un bufido demasiado alto para encontrarme en una clase. Muchos ojos se centraron en mi y eso provocó que me sonrojara.- Estoy seguro de que si no hubiera intervenido, Stephan no te hubiera dejado ir.- Su mandíbula se tensó al decir la última frase.
- Puedo defenderme sola.- Dije yo centrando mi atención en el profesor.
- Seguro que sí.- Susurró él con un tono de humor.
- Ni siquiera sé que haces aquí. ¿Me estás siguiendo o algo?
- ¿Crees que te estoy siguiendo?- Echó una carcajada.
Evité responder pero me quedé mirándole con el ceño fruncido. Es la primera vez que le veía sin nada en la cabeza. Las dos veces que había ido a la cafetería había llevado el sombrero y en la fiesta un gorro de lana. ¿Cómo es posible que en tan pocos meses haya cambiado tanto? Ahora no me refería personalmente, sino físicamente. Ahora llevaba el pelo hacia arriba. Le queda muy bien. Realmente bien. Y tenía la mandíbula mucho más marcada. Buf.
 Bueno, el caso es, ¿si no me está siguiendp que hace aquí?. "Estudiar. Como tú" Dijo mi subconsciente.
- ¿Qué miras? - Me preguntó con media sonrisa en los labios.
Volví a concentrarme en el profesor. ¿Cuántos minutos estuve observándole? Noté un gran calor sobre mis mejillas. ¡Qué vergüenza!. No le respondí. Y él no me habló en todo lo que quedó de clase.
Era la primera vez desde que había empezado en la universidad y desde que iba a esa asignatura que no abría la boca para opinar sobre la película con la que habíamos estado trabajando. Me gustaba opinar. Y el profesor siempre se veía encantado de escuchar mis argumentos.
- ¿Cada vez que te pregunte algo te vas a limitar a responderme con frases cortas?- Harry apareció al lado de mi taquilla con algunos libros debajo de su brazo.
- Tienes suerte de que te responda.- Su cara fue de impacto y creo que la mía también lo fue. No esperaba contestarle eso y mucho menos con la voz tan seca y borde.
- April, yo...- Desde que me lo había vuelto a encontrar era la primera vez que le veía sin saber muy bien que decir y con expresión vulnerable. Le miré a los ojos más interesada de lo que debida en que tenía que decirme pero él volvió a cerrar la boca poniéndose serio.
- ¿Tú, qué?- Él siguió callado, mirándome. Su mirada me estaba consumiendo. El color verde de sus ojos me derretía. Suspiré, me di media vuelta y me fui. No tenía tiempo para eso. No tenía tiempo para quedarme allí sin que él dijera nada mientras yo cada vez me ponía más y más nerviosa.

El viernes después del trabajo fui a casa. Estaba muy cansada por toda la semana. Ya había empezado a hacer algunos trabajos y maquetas que me había mandado de la universidad. Cuando llegué a casa y fui a mi habitación encontré a Lizzy y a Harry.
 Ella durante la semana me había preguntado si me incomodaba el hecho de que Harry fuera a visitarla de vez en cuando a nuestro apartamento. Yo le dije que no pero en realidad no me ayudaba verle.
- ¿Vienes hoy con nosotros?- Me preguntó Lizzy .- Hay fiesta otra vez.
- Hoy viene Logan a verme, así que no. Pero gracias.
- Podéis venir los dos.- Dijo sonriendo.
- A él no le gustan mucho las fiestas.
- ¡Oh! Bueno ,al menos me gustaría conocerle.- La vi realmente entusiasmada.
Me hubiera gustado decirle que prefería otro día, en el que Harry no estuviera, pero fue demasiado tarde cuando alguien llamó a la puerta. Me retiré tímida por la situación. Estuve toda la semana esperando este momento. El momento de verle de nuevo pero ahora, sabiendo que Harry estaba en mi habitación me resultaba difícil sentirme tan alegre.
- ¡April!- Logan me abrazó en cuanto abrí la puerta.- Estás preciosa.- Dijo él mientras me daba un pequeño beso en los labios. Lo de preciosa lo había dicho por cortesía. Ya que yo iba con un pantalón flojo, una sudadera y un moño. Logan es muy cortés.
- Te he echado de menos.-Le volví a abrazar.
Le cogí de la mano y le enseñé el apartamento evitando llevarle a la habitación.
- ¿Hay alguien más aquí? - Preguntó él cuando unas voces salieron desde la puerta cerrada mi cuarto.
- Sí, lo siento. Yo quería estar a solas contigo pero ahora tenemos una compañera de piso y bueno...
- Tranquila.- Sonrió él.
Yo nerviosa abrí la puerta y entré de la mano de Logan. Los ojos y la boca de Lizzy se abrieron como platos, mientras que la cara de Harry se tensó.
- Ella es Lizzy.- Logan extendió la mano en forma de saludo
- Encantada. April me ha hablado muy bien de ti.
Logan me miró esperando a que le presentara a Harry.
- Soy Harry.- Dijo extendiendo su mano para estrechársela con la de mi novio.
Dios, esto no podía ser más incómodo. Yo nunca le había hablado de Harry a Logan. Y saber que él estaba ahí, estrechándole la mano a mi ex sin tener idea, me hacia sentir un poco mal.
- Tu cara me suena...
-  Normal.- Rió Lizzy.- Es Harry Styles, formó parte de One Direction.
- ¿De qué? - Preguntó Logan confundido.
- ¿No sabes que banda es? - Se sorprendió la amiga de Harry.- Creo que eres de las pocas personas que no han oído hablar de One Direction.- Tanto Lizzy como Harry me miraron buscando alguna respuesta.
- No miro mucho la tele y no soy de leer revista de cotilleos. Me gustan más las buenas novelas y los clásicos.- Explicó mi novio.
Harry se tapó la boca disimulando una risa.
-¿Y que estás estudiando Logan?- Preguntó Lizzy amablemente.
- Física. ¿Tú?- Preguntó educadamente.
- Estoy en mi segundo año de fotografía.- Dijo ella. Desde que Lizzy vivía aquí nunca le había preguntado que estaba estudiando aunque me lo supuse varias veces al ver trípodes y cámaras de diferente tamaños y calidades por la habitación y el salón.
- ¿Y tú Harry, que estudias? - Preguntó. Yo solo deseaba que llegara Pam para irnos a comer con ella y con Niall. Íbamos a hacer una cita doble. No era la primera vez que lo hacíamos y siempre nos la pasábamos bien.
- Filmografía y dirección.- Dijo borde.
Ah. Eso explica porque va a mi clase de filmografía. ¿En serio creía que me estaba siguiendo? Una parte de mi sintió un leve pinchazo en el pecho.
- ¡Vaya!- Pam no pudo contener su cara de sorpresa en cuanto entró en la habitación y vio toda la situación.
- Bueno, ¿nos vamos, verdad?- Dijo Logan muy contento, ajeno a todo.
- Sí.- Dije yo saliendo por la puerta sin despedirme. Logan gritó un hasta luego a Lizzy y a Harry. No había dejado que se despidiera de ellos.
- Ya hablaremos.- Me susurró Pam al oído antes de encontrarnos con Niall en la puerta.
Menos mal que habíamos decidido comer fuera. No me hubiera imagino que hubiese pasado si Niall y Harry se encontraban.
- No me ha caído muy bien el chico ese.- Dijo Logan cuando subimos al coche. No pude evitar reír. Quizás era una risa nerviosa ya que no tenía sentido.
- Ni a mí.- Respondí sin más.

Tras una comida estupenda y una tarde aún mejor con Logan, él se tuvo que ir. Todos los sábados y los domingos por la mañana tenía partido y nunca, desde que le he conocido, ha faltado a ninguno. Así que fui a casa y me metí en la cama. Me puse una película hasta que me quedé dormida.

 - Venga A, sal con nosotros.
- Preferiría quedarme en casa.- Admití yo.
- Ayer no viniste, venga lo pasaremos bien y te prometo que en cuanto quieras irte, nos iremos. Además es sábado por la noche, no voy a permitirte quedarte en casa sola.- Dijo Lizzy.
- Está bien.- Dije no muy convencida pero tampoco quería quedarme en el apartamento sola. Pam nunca está los fines de semana.
- Harry nos vendrá a buscar en media hora. Vístete.
Creo que lo hice en tiempo record. Nunca antes me había maquillado y peinado en menos de media hora. Por suerte ya estaba duchada de la mañana y solo tuve que retocarme el pelo con la plancha.
Me había puesto unos pantalones vaqueros pitillos, una blusa negra pegada con el cuello ovalado pero nada escotada por dentro del pantalón y las misma cuñas que había llevado la semana anterior.
Cuando llegamos la casa estaba tan llena de gente como la última vez.
- Oye - Me habló Ryan una media hora después de haber llegado.- Siento lo ocurrido aquel día, había estado bebiendo y no debí haberte acorralado...
- No pasa nada.- Se le veía realmente arrepentido y aunque me había parecido realmente mal lo que había hecho y que le hubiera pegado a Zayn pero decidí que lo mejor era olvidarlo. Todavía me quedaban unos cuantos años en la universidad y si iba a seguir saliendo de fiesta con Lizzy y sus amigos, prefería no tener problemas con ninguno.
- Toma.- Dijo entregándome otro vaso con bebida.-  Por hacer las paces.- Me sonrió.
Yo acepté la bebida. Ya era mi tercera copa y estaba empezando a notar el efecto del alcohol en mi cuerpo. Tenía la vista un poco nublada y borrosa pero creo que el humo que había en esa casa proveniente de muchos cigarrillos de personas que estaban fumando tenía algo que ver también.
- ¿Desafío o verdad?- Le preguntó Matt a Harry.
- Desafío.
-  Te desafío a que digas cual de ellas te pone más.- Sonrió malicioso mirándonos a Lizzy, a Mery y a mi.
- Mery.- Dijo sin pensarlo dos veces.
Mi corazón dio un vuelco. "¿Acaso esperabas que dijera tu nombre?" Preguntó mi subconsciente. Al instante me levanté para irme de allí. Noté como una ola de mareo llegaba hasta mi cabeza. Me tambaleé un poco pero comencé a caminar. No quería pasar más tiempo en esa casa.
- ¡April, espera! - Oí como Harry decía mientras yo me alejaba de ellos.


viernes, 13 de septiembre de 2013

Capítulo 70.

[NARRA APRIL]

- Eso parece.- Sonrió Pam y me miró con ojos preocupados. Yo le hice un gesto en señal de que todo estaba bien.
- Pues estoy mucho más contenta ahora, después de saber quienes sois y que al menos ya os conozco.- Sonrió Lizzy.
Después de enseñarle el apartamento, lo cual no nos llevó mucho debido a lo pequeño que era, ella nos anunció que vendría mañana por la mañana ya con sus cosas. Cuando se fue , yo decidí irme a mi habitación y dormir. Pam abrió ligeramente la puerta unos minutos más tarde.
- ¿Estás bien?
- Ajá. - Afirmé.
- Aún estamos a tiempo de buscarnos otras compañera de habitación y decirle a Lizzy que no.
- No, no. Está bien, en serio. Es sólo que después de tantos meses sin saber nada de ninguno ahora me encuentro con todos.
- ¿Todos?
- Quiero decir con Lizzy y Niall.- Se me había olvidado que no le había mencionado nada sobre dos encuentros con Harry en la cafetería y prefería que siguiera así.- Pero no me importa que ella se quede aquí. Ella no me hizo nada y al menos la conocemos.
- Está bien.- Sonrió ella saliendo de mi habitación.- Por cierto el fin de semana lo pasaré con Niall, pero si quieres puedo quedarme para que no tengas que estar sola con Lizzy.
- No, no. Puedes ir con él.-Le di una sonrisa tranquilizadora.
 No me preocupaba quedarme con Lizzy en el apartamento. De hecho sabía que tarde o temprano tendría momentos a solas con ella, principalmente porque dormiríamos en la misma habitación.


- Has hecho un gran trabajo en esta habitación.- Me halagó Lizzy mientras metía su ropa en el armario.
Por suerte no había hecho ningún comentario acerca de Harry o de alguna otra cosa. Sólo se limitó a poner las cosas en el armario y después a preguntarme sobre mi carrera y sobre algunos aspectos de como iba mi vida ahora. No pude evitar hablarle de Logan y que me saliera una sonrisa mientras le contaba lo buen novio que era. Ella parecía realmente encantada y eso me alegraba. Unos nudillos golpearon con fuerza la puerta y yo miré a Lizzy.
- ¿Esperas a alguien?
- Pues la verdad es que sí.- Su cara se puso un poco roja.
- Puedes invitar a quien quieras Lizzy, esta ahora también es tu casa.- Sonrié para que se quedara tranquila.- ¿Quieres que vaya a abrir? - Dije al ver que ella tenía muchas prendas de ropa sobre sus manos. Lizzy me sonrió como asentimiento.
 Abrí la puerta despreocupada pero me quedé en shock en cuanto vi a Harry al otro lado del umbral. Él pasó por al lado mio, sin decir nada, como si esta fuera su casa.
- ¿Liz? - Llamó él.
- Estoy aquí.- Gritó ella desde la habitación.
La botas de Harry resonaron sobre el suelo con paso lento pero firme hasta mi cuarto. Yo todavía estaba allí paraba con una mano sobre la puerta abierta de par en par. Debería haber esperado que él fuera a venir. Pero no tan pronto. Y además ¿yo que sabía? Quizás también se habían distanciado. Me dirigí hacia la habitación. Harry estaba sentado en la cama de Lizzy. Ambos me miraron cuando me quedé apoyada en el marco de la puerta. Evite la mirada de Harry.
- Vamos a ir a una fiesta. ¿Quieres venir? - Me preguntó Lizzy.
Negué con la cabeza. No era capaz de decir ninguna palabra. ¿En serio está él en mi habitación?. No sé como puede estar ocurriendo esto.
- ¿Por qué?
- Tengo mucho que estudiar.- Mentí.
Harry echó una pequeña carcajada. Lizzy se giro sobre sus talones y le fulminó con la mirada.
- Venga acabas de empezar, sólo sal con nosotros. Nos divertiremos.- Me dio una sonrisa alentadora.
- Ya la has oído Liz. April tiene mucho que estudiar.- En cuanto mi nombre salió de sus labios mi corazón se aceleró.
- ¿Sabes qué? Tienes razón, puedo estudiar mañana. Dame un momento que me cambio de ropa.- Miré a Harry con una cara de ganadora. Como si estuvieras compitiendo.
Fui al baño para enjuagarme la cara y echarme un poco de maquillaje. ¿En serio voy a ir de fiesta con la mejor amiga de mi ex y mi ex?. Estoy loca. ¿Qué debo ponerme? Ni siquiera sé a que tipo de fiesta vamos. Opté por algo normal. Fuéramos a donde fuéramos no quería llamar la atención. Me puse un vaquero y una blusa sin mangas y un poco floja. Y en los pies unas cuñas. Lizzy era mucho más alta que yo, no quería sentirme muy bajita y además mi atuendo era demasiado normal como para poder ir en plano. Aún así metí en el bolso unas bailarinas. No sabía hasta que hora nos íbamos a quedar, ni a donde íbamos a ir y prefería estar preparada por si las cuñas me hacían daño.
 El coche de Harry estaba muy limpio. El color negro de la Range Rover relucía por fuera. Se me hizo extraño sentarme en los asientos traseros. Las últimas veces que me había subido a este coche siempre había sido delante, al lado de Harry. "Eso fue cuando él era tu novio" Me golpeó mi subconsciente. Por dentro el coche olía realmente bien. Todo estaba impoluto. Harry aparcó en la acera justo en frente de una gran casa.
- ¿Dónde estamos? - Pregunté yo sin tener ni la menor idea a donde me había llevado.
- En una fraternidad. - Contestó Harry con media sonrisa en los labios.- No pases mucho miedo.
¿Por qué estaba siendo tan grosero? Este no es el Harry que yo conocía. Ni siquiera entendía su actitud.
- Callate Hazza.- Habló Lizzy.- Lo pasaremos bien.- Pasó su brazo por detrás de los hombros para entrar dentro de la casa.
En cuanto entré lo primero que había era un pequeño vestíbulo. En el lado izquierdo la cocina y la puerta del lado derecho daba a el salón . Y justo en frente unas escaleras muy anchas que supongo que llevarían a las habitaciones y al baño.
Por dentro había una cantidad de gente impresionante. Creo que nunca había visto a tanta cantidad de personas. No así. Muchos ya estaban borrachos y otros iban en el camino. En varias esquinas había un chico manoseando a alguna chica. Lizzy y yo seguimos a Harry, que se dirigió a una de las esquinas del salón. Allí había un sillón y unos cuantos chicos y chicas estaban sentados en circulo.
- Esta es April.- Dijo Lizzy para introducirme en lo que supuse que era el grupo de amigos de ellos.- Estos son Matt, Ryan, Jack y Mery.
¿Con que Mery eh? Así se llama la rubia teñida que acompañaba a Harry en la cafetería. Después de unos minutos mirando a Mery, centré mi atención en Ryan. ¿Es el mismo Ryan que había pegado a Zayn en la fiesta de cumpleaños de Harry? No puedo creer que sigan siendo amigos. Si mal no recuerdo Harry también le había amenazado. Él bajo la mirada para evitar encontrarse con la mía. Mi atención volvió a viajar ahora para fijarme como Harry se sentaba al lado de Mery. Ella iba vestida con unos tacones muy altos y un vestido negro muy ceñido y corto.
- ¿Juegas? - Me preguntó Mery.
No me había enterado de lo que habían estado hablando. Estaba inmersa en el brazo de Harry alrededor de los hombros de Mery.
- Sí.- No sabía a que íbamos a jugar hasta que ella me preguntó desafía o verdad.- ¿Qué?- Repetí yo volviendo a la realidad.
- ¿Sabes jugar o no?- Todos se rieron excepto Lizzy y Harry.
- Verdad.
Mery se quedó mirándome, con cara triunfadora y media sonrisa.
- ¿Verdad que tienes novio? - Preguntó Lizzy. Yo la miré aliviada por salvarme de la pregunta que me hubiera hecho Mery.
- Sí.- Respondí con la voz más baja de lo que me esperaba. ¿Por qué me había costado tanto admitir que tenía novio? Yo estaba muy orgullosa de Logan.
Mi mirada fue directamente hacia Harry, el cual apartó sus ojos de los míos mirando hacia otro lado y con el ceño fruncido. ¿Que había sido eso? ¿Acaso estaba celoso? Una parte de mi sitio nervios y emoción hasta que volví a caer en la realidad. Harry no es el mismo. Y tiene novia. Mery. No iba a estar celoso.
Después fue el turno de Matt y a continuación el de Lizzy. Mi móvil comenzó a sonar a través de mi bolso. Lo quité y miré la pantalla. Es Logan. Salí de la casa para tener un poco más de intimidad y poder hablar con él.
- Hola, April.
- Hey, ¿estás bien? - Le pregunté al ver la hora. Era la una y media. No era muy tarde pero tampoco era normal que me llamará a estas horas. Él nunca lo hace.
- Sí, solo te echaba de menos.- Ante su comentario sonreí.
- Yo también te echo de menos.
- He pensado en ir a verte, tengo muchas ganas. ¿Te parece que vaya el viernes?
- Me parece genial.- No podía estar más contenta ante su noticia. Ya llevaba dos semanas sin verlo y el hecho de ver tanto a Harry últimamente no me ayudaba mucho. Necesitaba ver a Logan.
- Perfecto. Te quiero April.
.- Yo también te quiero.
Guardé el teléfono en el bolso y volví a entrar pero antes de que pudiera llegar al salón, un chico mucho más alto y grande que yo se puso delante de mi.
- ¡Qué bellee-zzzzz-a!- Dijo él.
Su aliento olía a alcohol. Me acorraló en una de las paredes. Su estatura me tapaba completamente. Parecía un jugador de lucha profesional por su gran tamaño. Intenté escabullirme pero una de sus manos atraparon mi cintura, oprimiéndome.
- Déjala en paz, Stephan.- Una  voz gruesa que pude reconocer al instante habló detrás del chico.
Stephan, así es como le había llamado Harry, se giró y le miró con la mandíbula apretada. Harry le atrevesó con la mirada pero ninguna dijo nada. Me sorprendí al ver como el chico se retiraba sin decir nada a pesar de que era el doble de grande que Harry.
- Vámonos.- Yo me quedé callada y le seguí. En el coche estaban Mery y Lizzy. ¿Tenía que meterme en el mismo coche que ella? Me alegró al menos ver que ambas estaban en los asientos de atrás. Así que abrí la puerta del copiloto y me senté en el asiento. Harry no dijo nada durante todo el viaje y yo me límite a mirar por la ventana. Lizzy se disculpó por tenernos que ir tan pronto, pero algo de la cena le había sentando mal. Yo me alegré de salir de aquella casa. La verdad no quería pasar más tiempo allí.
Harry nos dejó en la puerta del apartamento. Mery se pasó al asiento del copiloto y después ambos se marcharon en su coche. Tuve una punzada en el estómago.
- ¿Cómo es posible que Harry pueda ir por ahí sin nadie al rededor? - Le pregunté a Lizzy que ya estaba echada en su cama mientras yo me quitaba el maquillaje sentada en el tocador.
Era la primera vez que mencionaba a Harry en voz alta.
- Porque One Direction se separó y la prensa ya no les presta tanta atención como antes y menos en Londres, aquí ya están muy vistos.- Rió.- Aunque aún algunas chicas siguen parando a Harry por la calle.
- ¿Y Mery es su novia? - En cuanto solté las palabras me arrepentí al instante.
- ¿Novia? - Lizzy empezó a reír.- No, no. Harry no tiene novias.
- Ah...yo creí que sí.
- No. Ellos se ven, se lían y se acuestan pero nada más.- Ella lo dijo muy tranquila. Como si fuera normal lo que estuviera diciendo. Pero al ver mi cara de sorpresa añandió.- Yo no sé como acabasteis vosotros, Harry nunca me lo llegó a contar.
- ¿A no? - Volví a sorprenderme.
- No. Él siempre evitaba ese tema así que un día dejé de preguntarle por ti y por lo que había ocurrido. Pero desde entonces ha cambiado mucho.
- Ni que lo digas...- Escupí  las palabras sin darme cuenta.
- ¿Por qué lo dices? - Preguntó curiosa.
 ¿En serio no se había dado cuenta de lo grosero que había estado todo el día?
- No por nada.- No quise arriesgarme a decir todo lo que pensaba de Harry en ese momento. Ellos seguían siendo amigos y yo no quería que él supiera lo que  pensaba.
- En el fondo sigue siendo el mismo Harry de siempre.- Sonrió ella levemente antes de cerrar los ojos y girarse para dormir.


jueves, 12 de septiembre de 2013

Capítulo 69.


[SIGUE NARRANDO APRIL]

Al fin viernes. Durante toda la semana estuve adaptándome a las clases y a ser camarera. Había estado evitando contarle a Pam mi encuentro con Harry. Pero en la semana no pude dejar de pensar en ello aunque siempre me venían adjetivos negativos, tales como, maleducado. ¿Por qué ni siquiera me saludó?. "Estaría nervioso o impactado de verte" dijo mi subconsciente. ¿Nervioso? ¿Por qué? Es tan sólo un simple hola. ¿Qué hay de difícil en eso?. En serio me pone de muy mal humor que la gente que te conoce o que formó parte de tu vida no te salude cuando te encuentra por la calle o en algún sitio público. Pero por suerte Harry no había vuelto a aparecer en la cafetería desde aquel martes.
Cuando llegué, Claire estaba esperándome con una sonrisa.
- ¿Preparada para hoy?
- Como todos los días.- Respondí poniéndome el delantal verde.- ¿Suele venir más gente los viernes?
- ¡Oh, ni te lo imaginas!- Exclamó ella.
Aunque al principio estuve preocupada, a medida que las cosas me iban saliendo bien y que no fallaba en ningún pedido, fui relajándome.
- ¡Vaya!- Claire miró a la puerta boquiabierta.
Seguí su mirada y allí vestido todo de negro, excepto por sus botas marrones y su gorro beige, estaba Harry. Mi corazón se aceleró.
- Déjame tomarle el pedido a mi, por favor.- Pidió ella con ojos suplicantes.
Me quedé bastante impresionada por el efecto que estaba teniendo Harry en ella. Después centré mi atención al resto de la cafetería y me di cuenta de que prácticamente todas las chicas que se encontraban allí estaban mirando a hacia él con sus mandíbulas por los suelos. Incluso una chica que estaba sentada en frente de un chico, imagino que su novio por todas las caricias que le estuvo dando desde que se habían sentado en la mesa, le miraba.
- Claro, todo tuyo.- Dije yo.
Claire se dirigió hasta la mesa de la esquina, en donde Harry se había sentando. Ella no dejó de contonear las caderas de camino y dando pequeños saltitos, supongo que de nervios. Pero se giró muy pronto y volvió con el rostro caído.
- ¿Qué ocurre? - Le pregunté.
- Me ha dicho que le lleves tú el pedido. Que ya sabes lo que quiere tomar.
Mis ojos se abrieron como platos ante su respuesta. Me giré y miré hacia Harry, el cual me miraba, con una expresión que no sabría definir. ¿Curiosidad, quizás?
- ¿Le conoces?
- No.- Mentí. No quería que me preguntara de que le conocía y tener que contarle mi historia con él. Él formaba parte del pasado.- Ayer vino cuando terminarte el turno y pidió un café solo y amargo. Puedes llevárselo tú.
- Pero me ha dejado bastante claro que quiere que vayas tu. De hecho fue un poco borde así que paso de ir.
Suspiré maldiciendo este momento y me puse a hacer el café. Cuando acabé me preparé para llevarlo. Fui lo más lento posible porque no quería llegar a su mesa.
- Hola.- Dijo él antes de que pudiera dejar el café.
Su voz era mucho más grave de lo que recordaba. Su piel estaba morena, al menos sus brazos y cara, que es lo único que se podía apreciar con la ropa que llevaba puesta. Entonces me lo imagine sin camiseta. ¿Pero en que diablos estoy pensando?. Mis ojos se cerraron ligeramente para observarle.  Parecía más hombre.
- ¿No vas a responderme? - Ocultó una pequeña sonrisa.
¿Pero de que va? El otro día no me dijo nada y ahora, ¿pretende que le responda como si nada? Cuando me propuse responderle, por educación al menos, una chica rubia, de mi misma estatura, llegó y se sentó en frente de Harry. Él le sonrió y ella tocó su mano.
- Un chocolate para mí.- Dijo ella prácticamente sin mirarme.
¿Perdón? ¿Quién se cree que es para pedirme un chocolate? "La camarera" respondió mi subconsciente. Me quedé allí plantada durante no se cuantos segundos, observándoles, o quizás esperando a que Harry me la presentara, algo que no hizo.
- Claro.
Volví a la barra con un poco de ¿decepción? No lo sé. Pero tenía una extraña sensación en el cuerpo. ¿Será su novia? "Y que te importa a ti, si tú también tienes novio," habló otra vez mi subconsciente. Sí, es cierto. Le pedí a Claire que le alcanzara el pedido que mi horario ya había acabado y quería irme a casa. Estaba realmente cansada. Ella no muy contenta le entregó el chocolate a la rubia teñida. Les deseé un buen fin de semana a ella y a Jacob y después me fui a casa.


En la mañana del sábado pase a limpió mis apuntes y después terminé de decorar mi habitación. Muy conforme de como había quedado llamé a Pam para que me diera su opinión. Y ella se quedó alucinando con mi trabajo.
- Jamás hubiera imaginado una habitación como está el primer día que entré en el apartamento.- Dijo ella con la boca semiabierta.
La verdad es que hasta yo misma estaba sorprendida. Había puesto hasta un pequeño escritorio a lo largo de la pared que se veía en cuanto entrabas. Al lado estaba la litera. Por suerte era cómoda, no se trataba de la típica litera que son dos camas, formando una L. Esta tenía las dos camas, una debajo de la otra pero no demasiado pegadas. Y desde los pies de la cama de arriba salía una pequeña escalera de madera que yo misma me había empeñado en buscar para colocarla allí. Mi cama era la de arriba. También estaba conforme con el espacio que había desde mi cama hasta el techo, ya que incluso sentada aun quedaba una gran distancia. Eso evitaría que cada mañana, al levantarme, me diera la cabeza. Desde las camas se veía el armario que era de dos puertas. Lo único que faltaba era un espejo en el cuarto pero eso lo había arreglado yo el miércoles cuando, después de salir del trabajo había ido a comprar un pequeño espejo ovalado. Lo había colocado en la pared izquierda, vista desde la puerta, con una pequeña mesilla con un cajón en el que estaba acomodado mi maquillaje, formando así, un pequeño tocador.

La siguiente semana se me pasó mucho más rápido que la primera y antes de que pudiera darme cuenta ya estábamos a viernes. Yo había llegado a casa a la una y cuarto. Solo tardaba un cuarto de hora en ir andando hasta mi universidad. Y decidí ponerme a hacer skype con Logan mientras esperaba que llegara Pam y comer con ella.
Logan me contó lo bien que le había ido el partido de tenis y que durante la semana estuvo visitando a mis padres para saber como estaban después de mis primeras semanas fuera. Él es realmente muy buena persona. Me alegra que se preocupe por mi madre y mi padre y que les eche un vistazo ahora que yo ya no estoy. Estaba un poco preocupada por ellos, porque ahora mi hermana y yo ya no estamos ahí, viviendo con ellos. Pero sé que quieren que tengamos una buena educación. Eso fue lo que más les preocupó siempre. Nuestra educación y salud.
 Volví a pedirle que viniera a pasar el fin de semana pero me dijo que le era imposible. Que el domingo tenía otro partido por la mañana y el sábado iba a estudiar. Yo sabía que su carrera era muy difícil y sé lo estudioso que es. De hecho desde que estoy con él soy mucho más estudiosa y más organizada. Sólo espero que la distancia no nos separe aunque por ahora nos estaba yendo bastante bien.
- ¡Tengo buenas noticias!- Dijo Pam cuando llegó desde la entrada.
Me despedí con Logan, intercambiando nuestro te quiero habituales y salí ansiosa por saber que tenía que contarme mi amiga.
- ¿Y bien?
- ¡Ya tenemos compañera de piso!
- ¿Sí?¿Quién es? ¿Cómo es? ¿Es simpática?- Me puse un poco nerviosa, espero que me caiga bien ya que va a dormir en mi habitación.
- Tranquila, tranquila.- Rió.- No sé. Recibí un mensaje hoy al móvil y me dijo que vendría sobre las seis y media para echarle un vistazo por dentro y si le gustaba que se quedaría.
- ¿Y hablaste con ella de cuanto hay que pagar al mes?
- Sí. Y se quedó sorprendida de lo poco que era.
- ¿Poco?- Pregunté yo sorprendida. A ver no es que fuera super caro este apartamento pero barato tampoco. El simple hecho de que mis padres solo puedan darme el dinero justo para pagarlo me dejaba claro que no era demasiado barato. Pam se encogió de hombros y después nos pusimos con nuestro portátil a ver Anatomía de Grey, la serie de médicos. A ella le encanta y para mi no está mal. Me entretiene.
- Deberíamos comprar una televisión.
- Yo creo que estamos bien así. Al menos por ahora.- Me agobió un poco su comentario. Yo no tenía dinero para comprar una tele y obviamente no iba a permitir que ella la comprara. Aquí los gastos se comparten. Y para mí es más necesario un coche que la televisión. Además teníamos cada una nuestros portátiles, creo que eso es bastante distracción.
Alguien golpeó la puerta y Pam y yo fuimos corriendo a abrirla.
- También deberíamos hablar con los vecinos para arreglar la puerta de abajo.- Susurró ella antes de poner su mano en el picaporte y girarlo.
El portal estaba continuamente abierto porque la cerradura estaba rota por lo tanto cualquiera podía entrar sin llave y sin tocar el telefonillo.
- ¡ El mundo es un pañuelo! - Dijo sonriente la que sería nuestra tercera compañera de piso al vernos.








Capítulo 68.

[SIETE MESES DESPUÉS]

[NARRA APRIL]

- Sí, mamá. Estaré bien.
- Sabes que cualquier problemas que tengas puedes llamarme. Sea la hora que sea, ¿vale, cielo?
- Sí. - La abracé.
- Me quedaría más tiempo pero llegaré tarde al trabajo si no me voy ya.
- En pocas horas llegará Pam.- Dije para tranquilizarla.- Vete ya, ¡no quiero que llegues tarde!
- Que mayor estás...- Mi madre se giró para bajar las escaleras e irse con lágrimas en los ojos.

Después de tanto tiempo queriendo esto, ya estoy aquí. En mi propio piso. Una chica pre-universitaria. Como bien le había dicho a mi madre, dos horas y media más tarde Pam llegaba acompañada de Niall y de muchas maletas.
- ¿Te has traído todo tu armario o qué? - Reí.
- Pues claro.- Dijo ella seria.
Niall parecía cansando. Sus mejillas estaban muy rojas y una gota de sudor caía por su frente. Imagino que mi amiga le habría hecho subir prácticamente todas sus maletas. Le sonreí en modo de saludo. Él me devolvió la sonrisa. 
- Ha pasado mucho tiempo...- Habló Niall cuando Pam nos dejó solos para ir a ver las habitaciones. Ella estaba realmente entusiasmada.
Yo asentí con la cabeza a lo que Niall acababa de decirme. Sabía que se refería a el tiempo que llevábamos sin vernos. Aunque a él es al que más vi después de todo. Siempre estaba con Pam. Ellos seguían juntos y eso me alegraba.
- ¿Has seguido en contacto con los demás? - Preguntó él un poco tímido.
- No..- Admití. Iba a preguntarle lo mismo a él pero elegí la opción de callarme. Por un lado quería saber si Louis, Liam y Zayn estaban bien, incluso si sabía algo de Harry. Pero mi subconsciente negó, recordándome que eso era pasado y que después de todo lo que yo había sufrido y lo bien que me iba ahora no debía remover nada de aquello.
- ¡Me pido la habitación con la cama matrimonial!.- Volvió Pam.
- ¡Olvídate! 
- Venga April, Logan ni siquiera está aquí y Niall vive en Londres...sabes que yo la aprovecharé más.- Dijo guiñándome un ojo.
- Está bien.- Sabía que ella tenía razón. Logan vivía en Stafford y cuando viniera de visita con la otra habitación podríamos arreglarnos perfectamente.- Voy a ir a desempaquetar todo.- Dije cuando Niall anunció que tenía que irse.
- Me alegra haberte vuelto a ver, April.- Niall se acercó y me abrazó, algo que me sorprendió.
- Lo mismo digo, Niall.- Le respondí el abrazo sintiéndome un poco melancólica y retirándome a mi nueva habitación antes de que todo se volviera más sentimental.
Visualicé desde la entrada de mi nuevo cuarto el espacio que tenía y como podía decorarlo. Muchas ideas vinieron a mi mente y salí de la habitación con una sonrisa satisfecha.
- ¿Demasiado incómodo?- Preguntó mi amiga cuando llegué a lo que sería nuestro futuro salón.
- Me alegró volverle a ver.- Dije convencida hablando de Niall.- Imaginé que él te acompañaría hasta aquí así que ya me había hecho a la idea desde casa.- Le sonreí.
- ¿Te preguntó algo?
- Sí. Me preguntó si había sabido algo del resto durante todo este tiempo.
- ¿Y qué le respondiste? - Preguntó curiosa.
- Pues la verdad, Pam. Que no.
- No porque tú no quisiste.- Me recordó.
- Sigo pensando que es una buena idea tener una tercera compañera de piso.
Pam me miró con los ojos en blanco, sabiendo perfectamente que había cambiado descaradamente de tema de conversación. Ambas sabíamos que hablar de todo aquello no me iba a servir de nada. Sí, es cierto que, después del accidente ellos estuvieron llamándome, sobretodo Zayn pero yo no fui capaz de responder a ninguna llamada. No después de que Harry se fuera, sin ninguna explicación. Me sentí tan sola durante tanto tiempo que sabía que si tenía el mínimo contacto con alguno de ellos, eso me llevaría a buscar desesperadamente a Harry.
- En mi habitación hay una litera y aunque el cuarto no es demasiado grande , aquí no estaremos mucho. Sólo para estudiar, comer y dormir. Y una tercera persona podría ayudarnos a pagar la cuota del mes. Nos saldría más barato.- Insistí.
- Bueno pues pondré un anuncio y a ver si hay suerte.- Habló Pam.
- Genial.- Sonreí.- Voy a la cama.
- ¿Tan pronto? 
- Mañana es nuestro primer día de clases, quiero estar descansada.
- Como quieras.- Dijo ella.- Mucha suerte mañana, A. Y no estés nerviosa.
- Gracias Pammy.- Fui junto a ella para abrazarla.- Intentaré no ponerme nerviosa. Suerte a ti también.

A la mañana siguiente el despertador sonó más pronto de lo que esperaba. ¿Ya son las seis y media? Maldije a mis adentros. Me daba la sensación de que solo había dormido durante diez minutos. Me levanté con un nudo en el estómago. Fui a ducharme. Me sequé el pelo y me lo peiné. Fui a la cocina pero no desayuné nada. Estaba demasiado nerviosa para comer algo.  Volví a mi habitación y cogí mi bolso y una carpeta. Cerré la habitación y después salí del apartamento.
 Camino a la universidad recibí dos mensajes. Uno de mi madre y otro de Logan. Ambos me deseaban suerte en mi primer día. Sonreí al responderlos. 
Por suerte la mañana se me pasó rápido. Sin duda esto no era como el instituto. Aquí cada uno va a su bola, incluso los profesores. Ellos sólo se limitan a dar la clase y a mandar un poco de deberes y trabajos pero no están encima tuyo como solían hacer los profesores del instituto. Me alegró ver a Pam cuando entré en el piso. Al fin una cara conocido en todo el día.
- ¿Qué tal tu primer día?- Le pregunté.
- Genial. Las instalaciones son muy buenas. Tenemos un laboratorio en donde iremos haciendo prácticas. Tengo muchas ganas de empezar de verdad. ¿Tú?
- Bien también, aunque aún me quedan algunas materias que conocer. Hoy solo tuve cinco de las ocho que tengo en total.
- ¿Cómo es tu horario?
- Entro a las ocho y media y salgo a la una.¿ El tuyo?
- Es una mierda.- Se quejó ella.- Empiezo a las siete y la hora de vuelta depende del día aunque viendo el panorama de hoy creo que nunca llegaré antes de las cuatro.
- ¡Buf... qué mal! Pero bueno ten en cuenta que es un curso de dos años y enfermería no tiene pinta de ser  fácil.
- Ya. Aún así estoy contenta. Sé que voy a tener que esforzarme pero por lo que he visto es mucha práctica y eso es mejor para mí porque ya sabes que yo y la teoría no nos llevamos bien.- Rió ella.- A la tarde voy a poner el anuncio en el periódico para una compañera de piso. ¿Quieres venir?
- Voy a ir al centro, a ver si encuentro un puesto de trabajo.
- ¿Estás segura de que quieres compaginar la universidad con un trabajo?- Me miró con ojos preocupados.
- Sí.- En realidad no era lo que tenía en mente para mi primer año. Siempre quise centrarme solamente en los estudios. Pero mis padres me daban el dinero justo para pagar el piso mes a mes y yo necesitaba dinero para la comida y mis gastos personales. Y la única manera de conseguir dinero es ponerme a trabajar.- No buscaré nada complicado, algo en alguna cafetería, un par de horas.
- Niall va a venir ahora. Podría pedirle que nos lleve a ambas al centro en su coche.
- No hace falta. Es tan solo media hora andando.
- No seas tonta. A él no le va a importar.
- Está bien.- Sonreí yo.
Otra cosa que debo conseguir: Un coche. El mío se lo acabó quedando mi madre cuando el de ella se estropeó. Y para moverme por Londres será mejor que tenga vehículo propio pero tendré que ahorrar mucho hasta poder comprarme uno. Hasta entonces tendré que ir andando o en transporte público.
- Muchas gracias otra vez, Niall.- Me despedí cuando me dejó en el centro.
Pam y él se ofrecieron a recogerme pero me negué. Todavía son las cuatro y media. No me quedaré hasta muy tarde y quiero conocer el camino de aquí a casa andando.
Los cinco primeros minutos caminando y ya había visto un cartel de "SE NECESITA CAMARERA ( 18 años/ o más)". Era un Starbucks. Entré sin dudar y fui hasta una de las camareras que había detrás de la barra. Ella ya tenía preparado un vaso en la mano con un rotulador. Cuando le pregunté sobre el cartel de la entrada, levantó la vista. Era una chica realmente guapa. Rubia, ojos azules y pecas al rededor de sus mejillas y su nariz. Me alegró ver que quizás era tan solo un par de años mayor que yo. Después de que Claire, así era el nombre de la camarera, llamara a su supervisor y éste me diera el visto bueno, pasé a su pequeña oficina y hicimos el papeleo.
- ¿Así que tú serás mi jefe?- Pregunté un poco nerviosa. La verdad es que tenía cara de buena gente. Es un poco más alto que yo, moreno y de ojos oscuros. Su voz es demasiado aguda aunque tiene una sonrisa simpática.
- Yo sólo seré tu supervisor. Aquí el que manda es otro.- Sonrió al ver mi cara de alivio.
- Entonces, ¿mañana a las cuatro?
- Sí. Siento que tenga que ser tan precipitado pero realmente necesitábamos más personal.
- Por mi perfecto.- Dije estrechando su mano y saliendo con una sonrisa en mis labios.
Me había resultado realmente fácil encontrar un empleo. No es gran cosa pero para ir ganando un poco de dinero y sin que me ocupe toda la tarde está bien.
La mañana terminé de conocer a los profesores y las otras dos asignaturas que no había tenido el día anterior. Filmografia era una asignatura que no me interesaba mucho, y que solo la tenía porque mi campus estaba unido al de Dirección, Fotografía y Cine. Quizás me borre de esta clase porque aunque me gusta ver películas no quiero que me quite el tiempo de estudiar mis asignaturas importantes. 
 Al salir del campus fui a McDonalds para comer algo. Pam me había mandado un mensaje diciéndome que comería con Niall. Después de comer y de camino a mi nuevo trabajo llamé a Logan. Desde que había llegado no le había dado ninguna noticia sobre como me iban las cosas aquí.
- ¡April, eso es genial!- Dijo él contento por mi nuevo empleo.
- Lo sé. Ahora solo espero poder organizar bien mi tiempo para que pueda hacer todo sin la necesidad de agobiarme.
- Seguro que te irá bien.- Me animó.- Te echo de menos.
- Yo también a ti. Podrías venir a final de semana a visitarme. Aún no tenemos compañera de piso así que tendríamos espacio en la habitación y tú nunca has estado en Londres.- Dije para convencerlo.- Sería una buena oportunidad para que conocieras esta ciudad.
- Tengo muchísimo que estudiar pero te llamaré. 
- Está bien.- Dije un poco desilusionada.
- Te quiero.
- Yo también.
En cuanto colgué ya me encontraba en la puerta del Starbucks. Claire me saludó desde dentro.
- ¿April, verdad?
- Así es.- Sonreí.
Ella me entregó un delantal verde con mi nombre en la esquina izquierda con letras blancas. Me lo puse y después ella y Jacob, nuestro supervisor, me enseñaron como funcionaban las maquinas de café.
Durante la primera hora la puerta del Starbucks sonaba una y otra vez. Cientos de personas entraban y salían con sus pedidos en la manos. Al principio estaba sorprendida por la cantidad de gente hasta que recordé que estaba en el centro de Londres. 
Claire se las apañaba realmente bien. Hacia las cosas de manera rápida y limpia. Y también se las arreglaba perfectamente para ayudarme con algunos batidos y frapuccinos. Una trabajadora eficaz. 
Sólo me quedaba media hora de trabajo antes de terminar mi primera jornada. Claire ya había terminado su turno así que sólo quedaba yo para atender a todas las personas. Por suerte para mí ya no había tantas como antes.
Quince minutos antes de terminar empecé a limpiar las batidoras que había utilizado. Las campanitas de la puerta volvieron a sonar y yo preparé el rotulador en mis manos.
- Un café solo y amargo. Tamaño mediano.
- Su nombre, ¿por favor?- Dije yo cogiendo un vaso blanco de cartón.
- Styles.
El vaso se me resbaló de las manos. Miré hacia arriba. Él estaba inmerso en la pantalla de su móvil mientras sus largos dedos se movían con habilidad sobre las teclas. Llevaba un sombrero y gafas de sol. El corazón se me aceleró. Durante siete meses sin saber nada de él y solo me llevó dos días desde que llevo en Londres a encontrármelo. Intenté relajarme mientras le preparaba el café pero mis manos estaban siendo demasiado torpes. Cogí un sobre de azúcar para echarlo dentro antes de recordar que me había pedido café amargo. Fui en busca de la tapa pero al agarrar la primera de la hilera se derribaron  unas cuantas más. Me agaché para recogerlas y cuando volví a ponerme en pie me di la cabeza contra la barra. Oí una pequeña risa ahogada. ¿En serio se estaba riendo de mí?. Bueno en realidad creo que él no se había dado cuenta de quien era yo. Me levanté y le entregué el café con la cabeza hacia abajo, evitando cualquier contacto visual. Pero su grandes dedos tocaron mi mano al recoger su pedido. Su contacto me estremeció. Quité la mano lo más rápido que pude pero ya era tarde para dar media vuelta. Él con un movimiento rápido se había quitado las Rayban negras, mientras sus ojos verdes me miraban fijamente. Mantuve su mirada pero tan solo porque no podría apartarla de esos ojos hipnotizantes. Su cara era seria. Hizo un intento de abrir la boca para decir algo pero a continuación la cerró, se dio media vuelta y salió por la puerta sin mirar atrás.