Capítulo 33.

La semana pasó volando y en cuanto me di cuenta ya era sábado, día en el que conocería a la madre y hermana de Harry.
Llamé a Pam desesperada para que me acompañara a comprar algo bonito para esa noche, tenía que estar presentable. Creí que era buena idea que también vinieran Eleanor y Danielle, además hacía mucho que no teníamos una tarde de chicas. Por lo tanto, decidí invitarlas a las tres a comer a mi casa.
A la una y media el timbre sonó. Las chicas habían llegado.
- ¿Nerviosa? - Preguntó Danielle en cuanto entró por la puerta.
- Ni te lo imaginas.- Respondí
- Tranquila, acaban de llegar tus hadas madrinas.- Rió Eleanor.
- Pues un poco de magia a mi cara no le vendría mal eh... - Dije yo.- No pude pegar ojo en toda la noche..
- Todo saldrá bien.- Me tranquilizó Pam.- ¿Y a donde se supone que te llevará Harry a dormir?
- No lo sé! Es que no sé nada...-Contesté.
- Danielle y yo lo sabemos, Danielle y yo lo sabemos!- Tarareó Eleanor como si fuera una canción.
- Qué? Pues decirmelo!
- No, no, no Harry nos mataría pero te encantará, ya lo verás.- Dijo Danielle.
- Venga chicas, no seáis malas, darle una pista..- Añadió Pam apoyándome.
- Emmm...- Pensó Eleanor en voz alta.
- Ni una palabra! - Le dijo Danielle tapándole la boca con una mano.
La comida fue agradable. Hablamos de cosas de chicas, de como iba la relación entre Louis - Eleanor y Danielle - Liam, del beso de Niall y Pam...
De camino al centro comercial, les pregunté que tipo de ropa llevar. No quería ir demasiado elegante pero tampoco sin arreglar. Eleanor me aconsejó que llevara unos pantalones o una falda, una bonita blusa, y unos mocasines o bailarinas, porque así, estaría guapa, presentable pero sin pasarme. A mí me pareció buena idea, suponía que un vestido y unos tacones serían demasiado para una cena tranquila y familiar en casa de Harry.
Eran ya las seis y media pero teniendo en cuenta que habíamos llegado al centro comercial a las cinco, no habíamos tenido muchos problemas en encontrar todo lo planeado para esa noche.
Volví a casa, ahora, solo con Pam para terminar de prepararme. Agradecí a Danielle y a Eleanor por esa tarde de chicas que tanto echaba de menos.
Las dos fuimos al cuarto de baño. Me maquillé mientras Pam me ayudaba con el pelo. Me recogió la mitad del pelo en una bonita trenza, dejando que cayeran sobre mis mejillas dos mechones ondulados.
- No te maquilles mucho.- Me aconsejó Pam.
- Lo sé, lo sé.- Respondí echándome solo raya de ojos negra, brillo de labios y un poco de colorete para resaltar mis pómulos.- ¿Así? - Le pregunté
- Perfecta.- Dijo.- Ahora a vestirse.
Me puse la falda negra y la blusa que esa tarde habíamos comprado. La verdad es que me hacían una bonita figura. Y por último me coloqué las bailarinas.

Antes de irme tuve un conversación con Pam. Ella realmente se mostraba nerviosa y no entendía el por qué.

- Por qué estás así? - Pregunté - No has parado quieta desde que me empecé a vestir...
- Es que es un día muy importante para ti...- Respondió.
- Ya... espero que salga todo bien. ¿ Crees que pasará algo más?
- ¿Que quieres decir?.- Me preguntó ella.
- Con Harry...
- Ahh, te refieres a... "eso"?

- Sí...- Afirmé tímida. Sabía que con Pam no tenía que tener vergüenza con nada pero quizás esa noche perdería mi virginidad y para mi eso nunca fue ninguna tontería. He tenido oportunidades para hacerlo con otros chicos pero la mayoría me utilizaban solo para llegar a eso. Yo por suerte me daba cuenta antes de hacer algo de lo que pudiera arrepentirme.

- Bueno, tú tienes que estar segura ya lo sabes. Yo cuando lo hice con Ian sabía que sería el chico de mi vida y aunque ahora él y yo no estemos juntos pues nunca me arrepentiré de que haya sido el primero, todo lo contrario, me alegro.- Dijo Pam.- No hagas nada que no quieras hacer, si no estás preparada y él realmente te quiere, esperará.- Añadió.

- Gracias amiga, te quiero mucho.- Respondí abrazandola.

- Suerte! - Me deseo ella al oído.

Quedaba una hora para la cena, lo mismo que tardaría en llegar desde mi casa a la de Harry. Me metí en el coche y siguiendo las instrucciones que me había dado Hazza, llegué a Holmes Chapel sin problema. El barrio era muy acogedor. Recordé las veces que antes de conocerle, me metía en internet buscando fotos de aquí para saber donde vivía, y sinceramente, todo era igual. Pasé por delante de la panadería donde Harry trabajó antes de ir a The X Factor y eso provocó en mi una risita tonta, no sé si por acordarme de todo aquello o por lo nerviosa que estaba.

Por fin llegué a su casa. Había timbre pero temí que su madre o su hermana les pasara como a mí y preferí tocar la puerta con mis nudillos.
Noté desde fuera como alguien se aproximaba a la puerta para abrirme.