[NARRA APRIL]
- Sí, mamá. Estaré bien.
- Sabes que cualquier problemas que tengas puedes llamarme. Sea la hora que sea, ¿vale, cielo?
- Sí. - La abracé.
- Me quedaría más tiempo pero llegaré tarde al trabajo si no me voy ya.
- En pocas horas llegará Pam.- Dije para tranquilizarla.- Vete ya, ¡no quiero que llegues tarde!
- Que mayor estás...- Mi madre se giró para bajar las escaleras e irse con lágrimas en los ojos.
Después de tanto tiempo queriendo esto, ya estoy aquí. En mi propio piso. Una chica pre-universitaria. Como bien le había dicho a mi madre, dos horas y media más tarde Pam llegaba acompañada de Niall y de muchas maletas.
- ¿Te has traído todo tu armario o qué? - Reí.
- Pues claro.- Dijo ella seria.
Niall parecía cansando. Sus mejillas estaban muy rojas y una gota de sudor caía por su frente. Imagino que mi amiga le habría hecho subir prácticamente todas sus maletas. Le sonreí en modo de saludo. Él me devolvió la sonrisa.
- Ha pasado mucho tiempo...- Habló Niall cuando Pam nos dejó solos para ir a ver las habitaciones. Ella estaba realmente entusiasmada.
Yo asentí con la cabeza a lo que Niall acababa de decirme. Sabía que se refería a el tiempo que llevábamos sin vernos. Aunque a él es al que más vi después de todo. Siempre estaba con Pam. Ellos seguían juntos y eso me alegraba.
- ¿Has seguido en contacto con los demás? - Preguntó él un poco tímido.
- No..- Admití. Iba a preguntarle lo mismo a él pero elegí la opción de callarme. Por un lado quería saber si Louis, Liam y Zayn estaban bien, incluso si sabía algo de Harry. Pero mi subconsciente negó, recordándome que eso era pasado y que después de todo lo que yo había sufrido y lo bien que me iba ahora no debía remover nada de aquello.
- ¡Me pido la habitación con la cama matrimonial!.- Volvió Pam.
- ¡Olvídate!
- Venga April, Logan ni siquiera está aquí y Niall vive en Londres...sabes que yo la aprovecharé más.- Dijo guiñándome un ojo.
- Está bien.- Sabía que ella tenía razón. Logan vivía en Stafford y cuando viniera de visita con la otra habitación podríamos arreglarnos perfectamente.- Voy a ir a desempaquetar todo.- Dije cuando Niall anunció que tenía que irse.
- Me alegra haberte vuelto a ver, April.- Niall se acercó y me abrazó, algo que me sorprendió.
- Lo mismo digo, Niall.- Le respondí el abrazo sintiéndome un poco melancólica y retirándome a mi nueva habitación antes de que todo se volviera más sentimental.
Visualicé desde la entrada de mi nuevo cuarto el espacio que tenía y como podía decorarlo. Muchas ideas vinieron a mi mente y salí de la habitación con una sonrisa satisfecha.
- ¿Demasiado incómodo?- Preguntó mi amiga cuando llegué a lo que sería nuestro futuro salón.
- Me alegró volverle a ver.- Dije convencida hablando de Niall.- Imaginé que él te acompañaría hasta aquí así que ya me había hecho a la idea desde casa.- Le sonreí.
- ¿Te preguntó algo?
- Sí. Me preguntó si había sabido algo del resto durante todo este tiempo.
- ¿Y qué le respondiste? - Preguntó curiosa.
- Pues la verdad, Pam. Que no.
- No porque tú no quisiste.- Me recordó.
- Sigo pensando que es una buena idea tener una tercera compañera de piso.
Pam me miró con los ojos en blanco, sabiendo perfectamente que había cambiado descaradamente de tema de conversación. Ambas sabíamos que hablar de todo aquello no me iba a servir de nada. Sí, es cierto que, después del accidente ellos estuvieron llamándome, sobretodo Zayn pero yo no fui capaz de responder a ninguna llamada. No después de que Harry se fuera, sin ninguna explicación. Me sentí tan sola durante tanto tiempo que sabía que si tenía el mínimo contacto con alguno de ellos, eso me llevaría a buscar desesperadamente a Harry.
- En mi habitación hay una litera y aunque el cuarto no es demasiado grande , aquí no estaremos mucho. Sólo para estudiar, comer y dormir. Y una tercera persona podría ayudarnos a pagar la cuota del mes. Nos saldría más barato.- Insistí.
- Bueno pues pondré un anuncio y a ver si hay suerte.- Habló Pam.
- Genial.- Sonreí.- Voy a la cama.
- ¿Tan pronto?
- Mañana es nuestro primer día de clases, quiero estar descansada.
- Como quieras.- Dijo ella.- Mucha suerte mañana, A. Y no estés nerviosa.
- Gracias Pammy.- Fui junto a ella para abrazarla.- Intentaré no ponerme nerviosa. Suerte a ti también.
A la mañana siguiente el despertador sonó más pronto de lo que esperaba. ¿Ya son las seis y media? Maldije a mis adentros. Me daba la sensación de que solo había dormido durante diez minutos. Me levanté con un nudo en el estómago. Fui a ducharme. Me sequé el pelo y me lo peiné. Fui a la cocina pero no desayuné nada. Estaba demasiado nerviosa para comer algo. Volví a mi habitación y cogí mi bolso y una carpeta. Cerré la habitación y después salí del apartamento.
Camino a la universidad recibí dos mensajes. Uno de mi madre y otro de Logan. Ambos me deseaban suerte en mi primer día. Sonreí al responderlos.
Por suerte la mañana se me pasó rápido. Sin duda esto no era como el instituto. Aquí cada uno va a su bola, incluso los profesores. Ellos sólo se limitan a dar la clase y a mandar un poco de deberes y trabajos pero no están encima tuyo como solían hacer los profesores del instituto. Me alegró ver a Pam cuando entré en el piso. Al fin una cara conocido en todo el día.
- ¿Qué tal tu primer día?- Le pregunté.
- Genial. Las instalaciones son muy buenas. Tenemos un laboratorio en donde iremos haciendo prácticas. Tengo muchas ganas de empezar de verdad. ¿Tú?
- Bien también, aunque aún me quedan algunas materias que conocer. Hoy solo tuve cinco de las ocho que tengo en total.
- ¿Cómo es tu horario?
- Entro a las ocho y media y salgo a la una.¿ El tuyo?
- Es una mierda.- Se quejó ella.- Empiezo a las siete y la hora de vuelta depende del día aunque viendo el panorama de hoy creo que nunca llegaré antes de las cuatro.
- ¡Buf... qué mal! Pero bueno ten en cuenta que es un curso de dos años y enfermería no tiene pinta de ser fácil.
- Ya. Aún así estoy contenta. Sé que voy a tener que esforzarme pero por lo que he visto es mucha práctica y eso es mejor para mí porque ya sabes que yo y la teoría no nos llevamos bien.- Rió ella.- A la tarde voy a poner el anuncio en el periódico para una compañera de piso. ¿Quieres venir?
- Voy a ir al centro, a ver si encuentro un puesto de trabajo.
- ¿Estás segura de que quieres compaginar la universidad con un trabajo?- Me miró con ojos preocupados.
- Sí.- En realidad no era lo que tenía en mente para mi primer año. Siempre quise centrarme solamente en los estudios. Pero mis padres me daban el dinero justo para pagar el piso mes a mes y yo necesitaba dinero para la comida y mis gastos personales. Y la única manera de conseguir dinero es ponerme a trabajar.- No buscaré nada complicado, algo en alguna cafetería, un par de horas.
- Niall va a venir ahora. Podría pedirle que nos lleve a ambas al centro en su coche.
- No hace falta. Es tan solo media hora andando.
- No seas tonta. A él no le va a importar.
- Está bien.- Sonreí yo.
Otra cosa que debo conseguir: Un coche. El mío se lo acabó quedando mi madre cuando el de ella se estropeó. Y para moverme por Londres será mejor que tenga vehículo propio pero tendré que ahorrar mucho hasta poder comprarme uno. Hasta entonces tendré que ir andando o en transporte público.
- Muchas gracias otra vez, Niall.- Me despedí cuando me dejó en el centro.
Pam y él se ofrecieron a recogerme pero me negué. Todavía son las cuatro y media. No me quedaré hasta muy tarde y quiero conocer el camino de aquí a casa andando.
Los cinco primeros minutos caminando y ya había visto un cartel de "SE NECESITA CAMARERA ( 18 años/ o más)". Era un Starbucks. Entré sin dudar y fui hasta una de las camareras que había detrás de la barra. Ella ya tenía preparado un vaso en la mano con un rotulador. Cuando le pregunté sobre el cartel de la entrada, levantó la vista. Era una chica realmente guapa. Rubia, ojos azules y pecas al rededor de sus mejillas y su nariz. Me alegró ver que quizás era tan solo un par de años mayor que yo. Después de que Claire, así era el nombre de la camarera, llamara a su supervisor y éste me diera el visto bueno, pasé a su pequeña oficina y hicimos el papeleo.
- ¿Así que tú serás mi jefe?- Pregunté un poco nerviosa. La verdad es que tenía cara de buena gente. Es un poco más alto que yo, moreno y de ojos oscuros. Su voz es demasiado aguda aunque tiene una sonrisa simpática.
- Yo sólo seré tu supervisor. Aquí el que manda es otro.- Sonrió al ver mi cara de alivio.
- Entonces, ¿mañana a las cuatro?
- Sí. Siento que tenga que ser tan precipitado pero realmente necesitábamos más personal.
- Por mi perfecto.- Dije estrechando su mano y saliendo con una sonrisa en mis labios.
Me había resultado realmente fácil encontrar un empleo. No es gran cosa pero para ir ganando un poco de dinero y sin que me ocupe toda la tarde está bien.
La mañana terminé de conocer a los profesores y las otras dos asignaturas que no había tenido el día anterior. Filmografia era una asignatura que no me interesaba mucho, y que solo la tenía porque mi campus estaba unido al de Dirección, Fotografía y Cine. Quizás me borre de esta clase porque aunque me gusta ver películas no quiero que me quite el tiempo de estudiar mis asignaturas importantes.
Al salir del campus fui a McDonalds para comer algo. Pam me había mandado un mensaje diciéndome que comería con Niall. Después de comer y de camino a mi nuevo trabajo llamé a Logan. Desde que había llegado no le había dado ninguna noticia sobre como me iban las cosas aquí.
- ¡April, eso es genial!- Dijo él contento por mi nuevo empleo.
- Lo sé. Ahora solo espero poder organizar bien mi tiempo para que pueda hacer todo sin la necesidad de agobiarme.
- Seguro que te irá bien.- Me animó.- Te echo de menos.
- Yo también a ti. Podrías venir a final de semana a visitarme. Aún no tenemos compañera de piso así que tendríamos espacio en la habitación y tú nunca has estado en Londres.- Dije para convencerlo.- Sería una buena oportunidad para que conocieras esta ciudad.
- Tengo muchísimo que estudiar pero te llamaré.
- Está bien.- Dije un poco desilusionada.
- Te quiero.
- Yo también.
En cuanto colgué ya me encontraba en la puerta del Starbucks. Claire me saludó desde dentro.
- ¿April, verdad?
- Así es.- Sonreí.
Ella me entregó un delantal verde con mi nombre en la esquina izquierda con letras blancas. Me lo puse y después ella y Jacob, nuestro supervisor, me enseñaron como funcionaban las maquinas de café.
Durante la primera hora la puerta del Starbucks sonaba una y otra vez. Cientos de personas entraban y salían con sus pedidos en la manos. Al principio estaba sorprendida por la cantidad de gente hasta que recordé que estaba en el centro de Londres.
Claire se las apañaba realmente bien. Hacia las cosas de manera rápida y limpia. Y también se las arreglaba perfectamente para ayudarme con algunos batidos y frapuccinos. Una trabajadora eficaz.
Sólo me quedaba media hora de trabajo antes de terminar mi primera jornada. Claire ya había terminado su turno así que sólo quedaba yo para atender a todas las personas. Por suerte para mí ya no había tantas como antes.
Quince minutos antes de terminar empecé a limpiar las batidoras que había utilizado. Las campanitas de la puerta volvieron a sonar y yo preparé el rotulador en mis manos.
- Un café solo y amargo. Tamaño mediano.
- Su nombre, ¿por favor?- Dije yo cogiendo un vaso blanco de cartón.
- Styles.
El vaso se me resbaló de las manos. Miré hacia arriba. Él estaba inmerso en la pantalla de su móvil mientras sus largos dedos se movían con habilidad sobre las teclas. Llevaba un sombrero y gafas de sol. El corazón se me aceleró. Durante siete meses sin saber nada de él y solo me llevó dos días desde que llevo en Londres a encontrármelo. Intenté relajarme mientras le preparaba el café pero mis manos estaban siendo demasiado torpes. Cogí un sobre de azúcar para echarlo dentro antes de recordar que me había pedido café amargo. Fui en busca de la tapa pero al agarrar la primera de la hilera se derribaron unas cuantas más. Me agaché para recogerlas y cuando volví a ponerme en pie me di la cabeza contra la barra. Oí una pequeña risa ahogada. ¿En serio se estaba riendo de mí?. Bueno en realidad creo que él no se había dado cuenta de quien era yo. Me levanté y le entregué el café con la cabeza hacia abajo, evitando cualquier contacto visual. Pero su grandes dedos tocaron mi mano al recoger su pedido. Su contacto me estremeció. Quité la mano lo más rápido que pude pero ya era tarde para dar media vuelta. Él con un movimiento rápido se había quitado las Rayban negras, mientras sus ojos verdes me miraban fijamente. Mantuve su mirada pero tan solo porque no podría apartarla de esos ojos hipnotizantes. Su cara era seria. Hizo un intento de abrir la boca para decir algo pero a continuación la cerró, se dio media vuelta y salió por la puerta sin mirar atrás.
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