lunes, 16 de septiembre de 2013
Capítulo 72.
[NARRA APRIL]
- ¡April, para!- Harry vino corriendo detrás de mi. Podría oír sus zapatos aproximándose
- ¡Déjame!- Le dije cuando me cogió por el brazo para detenerme.
- ¿Se puede saber que te pasa? - Me preguntó con la voz alterada.
- ¿Qué me pasa a mi? ¿En serio? - Me miró con confusión.- Vuelve con tu novia.
- ¿Qué? - Harry suspiró.-Vamos. Te llevo a casa.- Dijo aún con su mano alrededor de mi brazo.
- No iré contigo.
- He dicho, vamos.- Respitió tirando de mi.
No discutí con él. Me metí en su coche y dejé que me llevara hasta mi portal. Sólo quería meterme en mi cama y olvidarme de todo.
- Dame tus llaves.
Yo metí la mano en el bolso resbuscando una y otra vez por el fondo. Me empecé a reír. No podía parar.
- ¿Se puede saber de que te ríes?
- No tengo las llaves.- Seguí riendo yo.
- ¿Cómo que no tienes las llaves?
- Las tiene Lizzy.
- No tiene gracia.- Dijo él serio y pasándose una mano por el pelo.
Me eché contra la pared y me puse las manos en la cara.
- ¿Estás llorando?- Harry me agarró de las muñecas para dejarme la cara al descubierto.
Yo no le respondí y seguí llorando.
- ¿Y ahora por qué lloras? - Preguntó frustrado.
- Yo.. yo...solo déjame sola.- Le pedí intentando que me soltara su agarre.
- Vamos.- Me ordenó.
- No quiero ir contigo a ninguna parte, solo quiero estar sola.- Notaba como hablaba más lento de lo normal y como algunas letras se me resbalaban.
- ¡Suéltame! - Le grité cuando me cogió más fuerte y tiró de mi para me moviera pero yo hice toda la fuerza que pude para quedarme en el mismo sitio.
- ¿Quieres dejar de gritar? - Dijo con los dientes apretados presionándome contra la pared.
Su cara estaba a pocos centímetros de la mía. Sus ojos verdes me miraban fijamente. Me costaba respirar. Él entreabrió la boca. Ahora toda mi atención estaba en sus labios de color rosa y húmedos. Moví mis manos y el me soltó al instante. Puse mi manos al rededor de sus brazos. ¡Qué brazos!. Debió de haber hecho mucho ejercicio porque los notaba mucho más grandes y fuertes. Me estremecí al notar sus manos apoyadas ligeramente en mis caderas. Noté su respiración caliente en comparación al frío que hacía aquella noche. Subí mi mano recorriendo su brazo hasta llegar a su pelo. Le acaricié la parte de abajo de la nuca. Él cerró los ojos.
- Bésame.- Mi voz era un susurro.
Su boca se acercó un poco más a la mía. Quedando casi pegadas. Pero entonces abrió los ojos y se apartó.
- No. Vamos.- Repitió.
Las lágrimas corrían otra vez por mi mejillas mientras me subía a su coche. "¿Se puede saber que haces subiéndote a su coche otra vez?" Preguntó mi subconsciente incrédula. Ni siquiera yo lo sabía. Sólo me senté en el asiento del copiloto esperando a que me llevara otra vez a la casa de fraternidad para buscar a Lizzy y conseguir las llaves.
Aparcó en una calle desierta de gente. Se bajó del coche y sacó unas llaves de su bolsillo trasero abriendo así el portal de un edificio en el que nunca había estado antes.
- ¿Dónde estamos?- Le pregunté poniéndome detrás de él cuando subimos al ascensor. Estaba demasiado vergonzosa como para poder mirarle a los ojos después de que me rechazara. Él marcó el piso número 20. El último.
- Es...es mi apartamento.- Respondió él. Yo me quedé callada durante todos los pisos. El ascensor era realmente lento.
Llegamos a un gran vestíbulo y yo le seguí sin decir ni una palabra. Entramos a una habitación con una gran cama matrimonial en medio. Harry encendió las luces y se sacó las botas, dejándolas a un lado de la cama. A continuación hizo lo mismo con su camiseta negra y sus pantalones, quedando así en boxers de Calvin Klein. No pude evitar admirar su cuerpo. Tenía muchos más tatuajes. El brazo izquierdo estaba lleno de pequeños tatuajes. Pero lo que más me sorprendió fue una gran mariposa en su torso. Quizás estaba demasiado borracha y solo me la estaba imaginando.
- ¿Qué haces?- Preguntó él con la voz mucho más profunda y la respiración un poco más agitada. Cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo quité la mano rápido y miré hacia otro lado. ¿Cómo había llegado hasta él para ponerle la mano sobre sus abdominales, sobre aquella mariposa tatuada?
- ¡Qué horror! - Dije mintiendo y ahogando una risa . Realmente estaba impactada por aquel tatuaje pero más impactada me quedé al notar lo realmente sexy que me parecía aquella gran mariposa en su largo torso desnudo.
- No hagas que me arrepienta de haberte traído aquí.- Respondió serio.
- Pues llévame de vuelta. Yo no te he pedido que me trajeras aquí.- Mis palabras salían solas. Sentí un ola de valentía dentro de mi cuerpo.
- Estás borracha. No voy a dejarte por ahí, sola.
- ¿Y qué? Puedo cuidarme sola. Ni siquiera sé por que haces esto cuando te fuiste.- El recuerdo de despertarme al día siguiente en la cama del hospital y que Harry no estuviera volvió a mi mente. Como cuando fui a casa y estuve tres días de reposo, llamándole una y otra vez sin obtener respuesta. Esperando a que viniera a visitarme hasta que los meses fueron pasando y él nunca volvió a aparecer.
Mis lágrimas amenazaron de nuevo en mi ojos. Me giré para salir por la puerta sin tener muy claro a donde iba a ir pero todo sería mejor que enfrentarme a Harry y a que me viera llorar por enésima vez en esa misma noche. Pero mis pies fueron demasiado torpes y me tropecé hasta que caí al suelo.
Oí un gran suspiro proveniente de los labios de Harry. Él me cogió por los codos para levantarme del suelo.
- Dormiré en el salón. Puedes ponerte la camiseta.- Dijo mirando hacia la camiseta negra que se había sacado en cuanto llegó.
- No pienso dormir aquí y tampoco ponerme eso.
- Pues no duermas si no quieres. Hasta mañana.- Se limitó a decir mientras salía por la puerta y la cerraba.
Me senté sobre la cama. Qué cómoda era. Me froté los ojos y bostecé. De repente me sentí muy cansada.
[NARRA HARRY]
A las cinco y media me desperté. Fui a la habitación para comprobar como estaba April. Ella estaba atravesada por toda la cama con su pelo esparcido por la colcha blanca. Una sonrisa se formó en mis labios cuando vi que se había puesto mi camiseta. Muy lento para no despertarla, la cogí en brazos y la metí dentro de las sábanas para que no tuviera frío. Iba a volver al sillón y retomar el sueño pero la tentación era demasiado grande. Me eché a su lado, sin tocarla pero observando como dormía. Y mientras pensaba en lo mucho que la había echado de menos los ojos se me fueron cerrando hasta que volví a caer rendido.
Me desperté sobresaltado al estirar el brazo para abrazar a April y no encontrarla tumbada en la cama.
- ¡Joder!
Fui por toda la casa llamando su nombre pero ni rastro de ella. Volví a la habitación y encontré allí mi camiseta, doblada a un lado de la cama. Me puse unos pantalones, una camiseta blanca, las botas y salí en su búsqueda.
Cuando llegué a su apartamento, toqué la puerta. Lizzy me abrió con una sonrisa pero yo fui directamente a su cuarto sin saludarla. Allí estaba April, sentada en su escritorio, estudiando. Ni siquiera se giro cuando irrumpí la habitación.
- ¿Se puede saber que haces? - Le pregunté intentando mantener la calma pero sin conseguirlo.
- Estudiar.- Respondió con una voz muy baja.
- ¿Por qué te has ido sin avisar? - Ella siguió dándome la espalda y esta vez no me contestó.- Joder April.- Fui junto a ella y giré la silla en la que estaba sentada para tenerla de frente.
- ¿Pero qué haces? - Subió la voz y se levantó de la silla provocando así que yo diera unos pasos hacia atrás.- Vete.
- No.
- Harry, vete.- Ella fue hacia la puerta de su habitación y la mantuvo abierta.
- ¿Y ahora que te pasa?
- ¡Solo quiero que me dejes sola!- Elevó su voz
- Pues no.- Yo fui y cerré al puerta cerniendo mi cuerpo sobre ella y dejándola contra la pared.
April intentó escabullirse pero puse mi brazo al lado de su cara para evitar así que se fuera.
- ¡No puedes irte así, sin avisarme! - Dije más alto de lo que esperaba.
- Sí, sí que puedo. Si has venido para que te diga gracias por llevarme a tu apartamento no te lo voy a agradecer porque yo no te pedí que lo hicieras.
Ella no podía mantenerme la mirada. Yo suspiré.
- No te iba a dejar sola.- Hablé yo intentando mantener la calma.
- ¿Y por qué no? Ya lo has hecho una vez.- Su voz era un susurro.
- Yo...
- ¿Tú qué? - Me interrumpió ella ahora mirandome fijamente, muy fijamente a los ojos.- ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste?
Noté como le costaba hablar. Pero no podía decirle nada.
- Di algo.
- No puedo...
Ella se mordió el labio inferior y miró hacia el techo. Unas lágrimas se empezaron a acumular en sus ojos.
- Pues no tenemos nada más que hablar.
- Sí, si tenemos. Te llevé a casa porque estabas borracha y a la mañana siguiente desapareciste, sin dejarme una nota, sin avisarme, sin más.- Yo seguí con la misma posición que antes .
- ¿No es agradable que alguien desaparezca así sin más, eh? - Preguntó ella irónicamente.
Yo suspiré y me pasé la otra mano que me quedaba libre por el pelo.
- ¿Así que lo has hecho por venganza? ¿Para que sintiera lo que tú sentiste?
- No.- Admitió.- Yo...yo lo he hecho porque...porque después de lo que te había dicho me daba vergüenza...- Sus ojos no me miraban y sus mejillas se enrojecieron. - Y ni se te ocurra comparar lo que he hecho yo esta mañana con lo que me hiciste tú.- Ahora parecía enfadada.
¡Dios cuántos cambios de humor en tan pocos minutos!
- Yo no quería. No quería irme.
- JA! Debe ser una broma. Tiene que ser una broma.- Dijo negando con la cabeza.
- No es ninguna broma, April.
Yo estaba hablando totalmente en serio. Nunca quise irme y dejarla. ¿Pero qué otra opción me quedaba en ese momento? ¿Enfrentarla con sus padres? No podía hacer eso. Hice lo que para ella iba a ser lo más fácil, irme. ¿Qué iba a hacer quedarme y que ella tuviera un problema con sus padres? ¿Hacerla elegir entre ellos o yo? No. Si les hubiera elegido a ellos sería lo más normal y yo hubiera tenido que irme de todos modos. Pero sabía que ella me elegiría a mi y no podía hacer eso. No podía ser tan egoísta. Y tampoco hubiera podido dejar que su relación con ellos se estropeara por mi culpa.
- No te entiendo. En serio que lo intenté pero no puedo.
- ¿Qué es lo que no entiendes? - Pregunté curioso pero también con miedo a su respuesta.
- ¿Por qué te has ido? - Volvió a preguntar.
Por un segundo se me pasó por la cabeza decirselo. Poder decirle que me fui por lo que me habían dicho sus padres. Decirle que yo nunca quise dejarla. Pero me contuve. No podía hacerle eso. No podía dejar que se llevara una enorme decepción con personas tan importante para ella.
- No puedo decirtelo.
- ¡DIOS! - Suspiró. - ¿Entonces que haces aquí? ¿Por qué volviste a la cafetería al día siguiente después de haberme visto? ¿Por qué no hiciste como si nada? ¿Por qué no volviste a evitarme como llevas haciendo durante meses? ¿Por qué me defendiste delante de ese chico en la fiesta de la fraternidad? ¿Por qué me cuidaste ayer?
- ¡Por qué me importas!
- No, no te importo.
- Sí, sí me importas April.- Le levanté la barbilla con mi dedo índice para poder mirarla a los ojos.
- Deja de decir eso. Deja de mentirme.- Lágrimas empezaron a caer por sus mejillas.
Me sentí tan mal. Tan mal de saber lo que le había hecho. De saber como se sentía. De saber que yo estaba provocando esas lágrimas.
- April, créeme.- Le miré con ojos suplicantes.- Sé que sigues sintiendo lo mismo por mi, sé que me sigues queriendo.
- No.- Dijo ella aunque con la mirada hacia la pared que teníamos al lado.
- Sí. Lo sé.
- No.
- ¿Y por qué me pediste que te besara ayer?
Sus mejillas se convirtieron en llamas. Realmente se avergonzaba de ello. No podía aguantarlo más. No después de tanto tiempo. No después de tantos meses sin ella. Ahora la tenía delante a tan pocos centímetros que no pude evitarlo. Cerré la distancia entre ambos. Mis labios presionaron los suyos con anhelo, con desesperación y con rabia. Con facilidad pude introducir mi lengua dentro de su boca sintiendo así como conectábamos. Ambos movíamos nuestras lenguas con apuro pero también con delicadeza. Cuanto echaba de menos esto. Cuanto la echaba de menos a ella.
- ¿Qué haces? - Ella me apartó de repente poniéndome una mano en el pecho.
¿Qué? ¿Qué hago yo? ¿Qué hace ella? ¿Por qué me aparta?
- Me pediste que te besara.- Dije yo excusándome.
- Harry, estaba borracha.- Ahora ella ponía excusas.
- Lo querrías igualmente, estando borracha o no, querías que te besara.
- No.
Agarré su rostro con mis dos manos y con fuerza para que no pudiera resistirse y volví a invadirle la boca. Mis dedos rozaban sus suaves mejillas mientras nuestras lenguas volvían a jugar. Ella intentó pararme pero yo presioné mi cuerpo y le sujeté bien la cara. Se relajó durante unos minutos dejándome volver a disfrutar de sus labios.
- ¡Para de hacer eso!- Volvió a separarme.
- No.- Me acerqué una vez más para plantarle un beso en sus dulces labios. Pero éste duró menos, mucho menos. Tan solo fue un roce ya que sus dos manos estaba sobre mis hombros para evitar que ocurriera.
- No puedes hacer esto. Yo...yo tengo novio, Harry.- Sus ojos estaban llenos de culpabilidad.
- ¿Y qué? Él no te gusta.- Ella soltó una carcajada.- Sé que no te gusta. Pude verlo perfectamente el día que me lo presentaste.
- ¿Y tú qué sabes?
- ¡Venga ya, April! Se notaba a leguas. Él parece tan...tan...imbécil.- Ella levantó la mano para pegarme pero se la cogí con fuerza para evitarlo.- ¡Es verdad! Él sólo estaba ahí parado cogiéndote de la mano y dios... es tan aburrido.
- ¿Pero que sabrás tú como es Logan?- Se estaba enfadando y yo también.
- Pero si estoy seguro que lo máximo que llegó a hacerte es cogerte de la mano, ya ni hablemos de nada más.- Elevé la voz cabreado. No podía pensar con claridad.
Ella dejó de hacer fuerza con la mano que estuvo a punto de pegarme. Le solté la muñeca y dejó caer la mano, mirando hacia otro lado.
- ¿Así que es cierto? - Pregunté yo alucinando. A ver se notaba que ese tal Logan era paradito pero no creí que fuera para tanto.- ¿Nunca ha intentado nada más? - Iba a preguntárselo de otra manera pero controlé mi vocabulario.
- Él me respeta y nos estamos tomando nuestro tiempo.- Yo no pude evitar soltar una carcajada y ahora sí, su mano derecha aterrizó con fuerza en mi mejilla izquierda.- Eres un capullo. Vete.
No lo dudé. Salí de su cuarto sin mirar atrás.
- ¡Y arregla la puta puerta!- Grité
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Sigueeeeeeeeela! Me encanta! :)
ResponderEliminarMuchas, muchas gracias :)
EliminarSoy la que comento ayer Para que la siguieras, muchas gracias ! Me gustaria que siguieras subiendo asi de seguido, es genial y la novela buah me encanta, la verdad que lo haces muy bien !
ResponderEliminarHola de nuevo! :)
EliminarPues la verdad es que sí, estoy intentando subir más a menudo porque he visto que no he estado subiendo tantos capítulos como el año pasado. Pero bueno con las vacaciones no estuve en casa casi nada de tiempo y ahora a final de mes voy a empezar con clases pero intentaré no tardar tanto. Al menos hasta que empiece las clases, subiré con frecuencia. MUCHAS GRACIAS, de verdad. Significa mucho para mí xx
Pleaaaseeeeee siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Es BUENISIMA
ResponderEliminarMUCHAS GRACIAAAS, ya hay capítulo nuevo :) xx
EliminarAdoro tu novela, espero que la sigas pronto porque no puedo esperar a leer más !!!!!!
ResponderEliminarAcabo de empezar mi propia novela, me gustaría que te pasaras y me dieras tu opinión, me encanta tu novela asique para mí es muy importante.
Muchas gracias :))))
harrystylesytunovela1d.blogspot.com
Muchísimas gracias Laura Styles (me gusta tu apellido ;) ). Es un halago que quieras saber mi opinión así este fin de semana me pasaré por tu novela y te diré lo que opino. Gracias a ti por comentar, en serio :)
Eliminar